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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Cuando un ciudadano Norte Americano era detenido en nuestras tierras por posesión de alguna droga de la que usaban con frecuencia y en su País eran tolerados, aquí les sucedía lo contrario y eran encarcelados sin consideración alguna.

Con eso justificaban su trabajo los Ministerios Públicos federales que nos enviaban a la ciudad de Los Mochis.

Estábamos conscientes, que su verdadero negocio era dar protección a los que se dedicaban al trafico de estupefacientes en cualquiera de las modalidades.

Eso lo sabíamos todos los Abogados del rancho y no creemos que en estos tiempos las cosas sean o vayan a ser diferentes.

La delincuencia organizada se ha diversificado y se dan luchas encarnizadas por ser los dueños de territorios y sus expansiones violentas.

Nunca fallé en mi cometido de ayudar a salir a los gringos que llegaban a mi despacho y eran ellos los que informaban a sus Embajadas la calidad de nuestro trabajo.
Eso me valió que los Consulados de Hermosillo y Mazatlán me tuvieran reconocido como Abogado confiable.

Recordé a un par de jóvenes México Americanos que combatieron en Vietnam. Al término de su servicio se tomaron unas vacaciones y comenzaron el recorrido por nuestro País entrando por Tijuana.

Mochilas al hombro abordaron un Camión de la línea Tres Estrellas de oro que entonces era lo mejor que teníamos de transporte y al llegar a Los Mochis, se bajaron a matar el tiempo en tanto se cumplían los treinta minutos para reanudar el viaje.

Les tocó la mala suerte, de que en el lugar se encontraban un par de agentes que vieron la oportunidad de lograr un dinero mediante la presión y extorsión para dejarlos que continuaran su viaje.

Les esculcaron sus pertenencias y les encontraron unos cuantos gramos de marihuana que traían para su consumo y eso era bastante para detenerlos.

Querían una cantidad exorbitante y no la traían los muchachos y por razones que no recuerdo, no pudieron comunicarse de inmediato con la familia y fueron consignados ante el Juez Penal del fuero común que conocía los casos en auxilio del Juez de Distrito de Mazatlán.

A mi despacho llegaron una hermana y su marido y convenimos en el precio de la defensa y por fortuna se logró la libertad con el auto de soltura.

Amenazaron los federales con volverlos a detener y se tuvieron que tomar medidas emergentes. Personalmente los saqué de la ciudad y los embarqué desde el aeropuerto de Obregón, Son.

Los federales habían contactado a los familiares y les pedí que les dieran largas en tanto ponía a salvo a los Muchachos.
Así lo hicieron y las cosas funcionaron.
Así operaban las autoridades en aquél entonces.

Hace bastantes años que abandoné el ejercicio de la abogacía.

Pero estuve bien clasificado por los Consulados.

Treinta años sin pararme en un juzgado.
Tardaría bastante en ponerme al corriente.

Mi pregunta:

¿Será diferente el accionar de las policías, los Ministerios Públicos y los Jueces Federales con la llegada de la cuarta transformación?

¿Será suficiente muestra el sobrino de la Dolores Padierna que lleva el nombre de Felipe de Jesús Delgadillo Padierna y que mandó encerrar a Rosario Robles?