Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

El mes de septiembre tiene dos fechas muy especiales.

El trece de es el día de los niños héroes.
El quince de se festeja el grito de independencia que sabemos fue dado el 16, pero eso es harina de otro costal.

Cuando recuerdo que nos enseñaron en la escuela primaria del heroísmo de estos cadetes, se me enchina el cuerpo de solo pensar que defendieron hasta su muerte a nuestra enseña nacional y sus instituciones.
Ya siendo adulto se me enfriaron los ánimos, y dejé de pensar en ellos como el ejemplo a seguir.

Los gobiernos emanados de la revolución no tenían nada de patrióticos y poco a poco fui entendiendo la mecánica de nuestros gobiernos.

Ya no existen niños héroes.

Ahora tenemos grandes deportistas y excelentes competidores a nivel mundial en el ramo de las matemáticas y otras ciencias.
Esos son nuestros buenos ejemplos.

Pero también padecemos de jóvenes que portan poderosas armas y no las traen para defender la patria.

Se han echado a perder y las mafias los tienen como sicarios. Mueren envueltos en la droga y rafagueados por los contrarios, o por la autoridad que se les enfrenta en ocasiones.
Eso duele, y si levantamos un censo en los panteones, encontraremos que hay más jóvenes enterrados en los últimos diez años, que todos los hombres y mujeres sepultados y que tuvieron muerte natural en cien años.
Es una tristeza lo que sucede a nuestra sociedad.

Se han perdido los valores y el civismo ya no existe en los niños y jóvenes.

Los padres no los inculcan y los maestros no quieren enseñárselos.

No tuve la oportunidad de ser niño héroe, pero soy un adulto de la tercera edad que tengo presentes los valores familiares y de mi País.

No me creo Benito Juárez como el presidente Andrés Manuel.

Tampoco encarno a Madero.

No siento que pueda convertirme en un Lázaro Cárdenas del Río.

Pero creo que soy buen ciudadano y me siento orgulloso de ello.

Un personaje al que admiro y respeto es a Don Miguel Hidalgo y Costilla, que se cansó de ser gobernado por virreyes nombrados desde España, y un buen día convocó a su pueblo y lo lanzó a la aventura de la independencia de México o de la nueva España como era el nombre de donde nacimos.

Don Miguel fue la mecha que encendió a otros que consumaron lo que el inició y que perdió la vida por ello.

Se necesita mucho valor y convicciones para lanzarse a un movimiento de ese calibre, a sabiendas que caerá bajo las balas de sus enemigos.

Yo no tengo esa clase de arrojo.
Por eso vivo dominado por el miedo que me producen los integrantes de la delincuencia organizada.

Tampoco los voy a reportar con sus mamás, como lo dice el que ahora es ocupante de Palacio Nacional, y piensa que reencarnó Benito Juárez en su persona.

Soy un poquito más cuerdo.

Que Viva México y los héroes que nos dieron patria.

Hasta mañana.