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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

El asilo a Evo Morales puede causar el rompimiento de las relaciones de Bolivia y México, por considerar el gobierno de aquel País que el ex mandatario aprovecha su feliz estancia en nuestro territorio, para promover la violencia y el caos en las tierras que lo vieron partir con una renuncia solicitada por las fuerzas armadas.

Se están mezclando varios ingredientes, que pueden resultar una bomba de potencia no conocida hasta la fecha en materia de relaciones exteriores.

La Embajada de México en Bolivia tiene varios asilados que fueron miembros del gabinete de Evo y que ya tienen averiguaciones que los pueden llevar a un proceso por diversos delitos.

La presidenta de Bolivia quiere que le sean entregados algunos de los asilados y que enfrenten su proceso en la tierra boliviana y con los tribunales legalmente establecidos en el País que gobernó Evo por muchos años.

Lo que digan las leyes o convenios del derecho internacional son cosas que ya están puestas sobre la mesa. Si se sostiene la negativa del gobierno mexicano de entregar a los que tiene bajo su custodia en aquella Embajada, quizá el resultado final sea una nota del gobierno boliviano en el sentido de romper las relaciones entre ambos países y las embajadas sean retiradas de inmediato.

No conocemos mucho del tema, pero el sentido común nos indica que si hay delincuentes en nuestras embajadas, se pueden analizar los casos en forma particular y con los razonamientos en estricto derecho resolver lo conducente.
Aquí se podría dar la disyuntiva de entregar a los que solicitan, o afrontar los riesgos del rompimiento y entonces ya no seríamos países hermanos o cuando menos gobiernos hermanos.

El caldo se pone espeso y muy caliente.
Nos podemos quemar o quemar a los bolivianos con nuestra actitud.

Es verdad que evo dejó muchos seguidores en su querida Bolivia, pero también es cierto, que quiso convertirse en un dictador disfrazado con elecciones ilegales que lo harían parecer demócrata y los agraviados jamás lo dejaron dormir en sana paz.
Evo dejó a Bolivia dividida.

Por decir algo, la mitad lo quiere y la otra mitad lo detesta.

Pero no quiso que organismos internacionales metieran mano en el proceso que elaboró para quedarse en el poder.

No admitió una segunda vuelta en las elecciones.

Se quiso tragar el bocado entero y se le atoró en la garganta.

Por eso los militares le hicieron el exhorto a renunciar a la presidencia. Lo hicieron de tal manera que Evo no pudo negarse a firmarla y proclamar su renuncia al pueblo boliviano y luego partir con rumbo a México en avión de la fuerza aérea mexicana.

Salió sin sufrir daños.

Pero ya seguro en la ciudad de México, sus arengas a sus compatriotas van cargadas de resentimiento y propician el odio.

Eso le dicen a Andrés Manuel y no quiere caer en cuenta.

“Aquí lo tengo y aquí estará seguro mi amigo Evo Morales”, es lo que parece decir en sus declaraciones Andrés Manuel y es lo que irrita a la presidenta de Bolivia.

Parecen inminentes las declaraciones de ruptura.

Dependerá del posicionamiento del gobierno mexicano.

Hasta mañana.