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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Por causa del sufragio efectivo, no reelección, se calcula que hubo más de un millón de muertos en la duración que tuvo la revolución mexicana.

Esa leyenda que se enarboló en aquellos tiempos es amenazada por el poder de un solo hombre y el peligro es real y ya muy tangible.

No es nuevo el numerito.

El General Álvaro Obregón estuvo a punto de lograr ser Presidente de México por segunda ocasión.

La primera fue declarado presidente electo el 5 de septiembre de 1920 por un periodo de cuatro años y con el 95.8% de los votos emitidos.

Luego fue declarado electo para un periodo que comenzaba el primero de diciembre de 1928 y culminaría el 30 de noviembre de 1934.

Para evitar eso, se fueron por la vía rápida y le dieron chicharrón en el Restaurante La Bombilla del Barrio de San Ángel el 17 de julio de 1928.

Dicen que fue José de León Toral y otros mal pensados dijeron que “CALLESE LA BOCA” cuando preguntaban al respecto.
Todo apuntaba a que Plutarco Elías Calles se lo echó al plato y evitó que hubiera reelección.

Por lo visto, Andrés Manuel no tiene miedo y desdeña esos capítulos sangrientos de la historia de nuestro País.

Ser el más poderoso, es la tentación más grande que tienen los que llegan a la presidencia y lloran cuando se tienen que marchar.

Nuestros vecinos tienen reelección y se la pasan muy bien.

No hay tormentas después de las elecciones. Solo vigilan que su presidente sea bien portado y si consideran que vale la pena, de nuevo le entregan el voto.
México es especial.

Nos acostumbraron al sufragio efectivo, no reelección y hasta hace muy poco se dieron cambios para que Diputados federales, diputados locales, presidentes municipales y regidores puedan de nuevo estar en las boletas por un periodo más.

Para el presidente de México y los Gobernadores la barrera sigue vigente.
Pero las nubes son gruesas y Andrés Manuel puede modificar la Constitución a su gusto.

Pero nuestros vecinos meten su cucharón y muy grande por cierto, para evitar que en nuestro País se den tormentas de violencia que incomoden a sus ciudadanos que viven en las tierras fronterizas.

Eso si es un grave problema para Andrés Manuel.

Es lo que tiene que sopesar fríamente antes de hacer un pronunciamiento que generen los disturbios que los Estados Unidos no desean.

¡Claro que quiere reelegirse!

Sus modos lo muestran de cuerpo entero y no quedan dudas de sus aviesas intenciones.

Los gringos tendrán la palabra y tampoco tengo dudas sobre ello.

Si les conviene, lo dejan, en caso contrario, lo mandan a freír chuales.

Ya veremos, dijo el ciego.

El último en intentarlo fue mi General Obregón y lo jodieron.

Electo presidente fue enterrado.

Aquellos eran tiempos bravos.

Ahora no sabemos.

Hasta mañana.