Por J. Humberto Cossío R.
En Sinaloa, la creencia en Santa Claus, lejos de disminuir en nuestros tiempos, cobró una inmensa relevancia en el mes de julio del 2018.
Recibieron su regalo navideño por adelantado Rubén Rocha Moya e Himelda Castro. Nuestro gordo y risueño amigo les dejó su Senaduría.
Lo mismo hizo en las cuatro presidencias municipales más importantes de nuestro Estado. El Químico de Mazatlán, Estrada Ferreiro en Culiacán, Aurelia Leal en Guasave y el Billy Chapman en Ahome son fervientes admiradores del hombre que tiene su residencia en el polo norte.
Que decir de los Diputados Federales y locales de MORENA, que siguen recibiendo navidades jugosas y que son adoradores del hombre vestido de rojo y barba blanca.
Jamás dejarán de venerar a Santa Claus.
Y tienen razón los beneficiados del milagro.
En aquellos lejanos tiempos de mi niñez, recuerdo que nos advertían, que si no nos dormíamos temprano no llegaría Santa Claus con los regalos.
No era el Santa que entra a los hogares por la chimenea.
No había en casa, nada que se pareciera a una de las que nos ilustran en los cuentos navideños, con leña ardiendo para dar calor y ahuyentar las inclemencia del invierno.
Claro que es exageración decir que en Culiacán tengamos invierno, es la estación del año, pero sin temperaturas bajas.
Santa Claus nos dejó dos Senadores de Morena que quieren ser los que sustituyan en el 2021 a Quirino Ordaz Coppel.
Otro que debe amar con todas las fuerzas de su corazón a Santa Claus es el Comisionado Nacional de Pesca en Sinaloa.
No sabía lo que era comer con manteca desde hacía varios años. Jamás pensó que lo quisiera tanto el gordito vestido de rojo, que en su trineo es jalado por los aires por sus renos.
Raúl Elenes estuvo a punto de morir por inanición. Gracias a la bondad de sus amigos podía mitigar el hambre día a día, hasta que llegó el bendito mes de diciembre del 2018 y ahora luce robusto y brilloso de la piel.
Los morenistas son fanáticos del hombre de la risa del jo, jo, jo.
¿Y quién no?
Con semejantes regalos que les hizo y con cheque quincenal incluido, serían unos ingratos si no lo fueran.
Estamos a punto de que llegue la noche buena y luego amanezca siendo navidad.
Nada nos cuesta soñar con Santa Claus y pedirle nos conceda una bella noche y un mejor amanecer.
El Gordito vestido de rojo es muy poderoso y de corazón inmenso.
Muy simpático por cierto y jamás pierde esa encantadora sonrisa.
Aún queda tiempo para escribir la cartita al residente de las heladas tierras del polo norte.
Si no confían en el servicio de correo, envíenla por DHL y llega rápido.
Tomen de ejemplo a los legisladores federales y locales de Morena que le tuvieron fe y mandaron la misiva.
Santa Claus es muy buen tipo.
Sus navidades son generosas y para México fueron mejores regalos en el 2018.
Hasta mañana.