Por J. Humberto Cossío R.
Al momento de escribir, quedan 29 horas para que la tracatera en honor de la llegada del 2020 comience en Culiacán.
AK-47, AR-15 y Barret que son calibre 50, según tengo entendido, harán presencia y con mucho señorío en esos instantes.
En Materia de pistolas escuadra las 45,38 super, las mata policías, una que otra treinta y dos y algún ridículo soltando sus disparos al aire con calibres 25 y 22.
Los que no tienen fusiles o pistolas, comprarán cuetes de esos que imitan las ráfagas de AK-47 y se divertirán impresionando con los estallidos de su pirotecnia a los que no pueden observarlos por estar lejanos.
Que Dios nos proteja de los que no tienen conciencia del daño que pueden ocasionar a los que nada tienen que ver con sus locuras, y que en ocasiones son convertidos en cadáveres por algún proyectil que impacta en su cuerpo.
A esconderse en casa el día treinta y uno.
Solo por necesidad extrema abandonemos nuestro refugio.
Esta vez, el festejo de guerra de año nuevo será una continuación de 17 de octubre donde se dispararon balas de todos los calibres y no fueron al aire. Andrés Manuel López Obrador, por decreto presidencial, declaró el 17 de octubre como la noche del año nuevo culichi.
Quiso atribuirse una detención de alto nivel, tal y como lo hacía Enrique Peña Nieto, y pretendió detener al hijo del Chapo Guzmán con unos cuantos elementos de la Guardia Nacional, acompañados de agentes de la DEA que son los que señalan el lugar donde se encuentra el o los que pretenden detener.
Los equipos de combate de todas las células del narcotráfico se unieron como un solo grupo y les bajaron los pantalones a los combatientes oficiales.
Causó pánico en la ciudad de México la guerra infernal que se desató en Culiacán y tuvieron que recular y entregar al detenido a las fuerzas de facto.
Fueron miles y miles de proyectiles los que se quemaron en la zona del proyecto tres ríos.
Su estruendo se escuchaba a varios kilómetros de distancia.
Ahí comenzó por decreto el año nuevo.
Quizá esta ocasión no tengamos el mismo miedo de otros años.
El susto mayor nos lo pegaron a los culichis el 17 de Octubre.
Hubo muertos y heridos inocentes.
Gente de trabajo que quedó atrapada en la salida de las empresas.
Tuvieron su año nuevo por anticipado.
Eso se lo debemos al presidente de México.
Aparte de ser pendejo, es fundillón, y a los primeros balazos se le escurrió el estomago y mojó sus pantalones.
Eso nos dejó una historia a manera de enseñanza.
El poder factico, es el poder de todos los poderes, y el presidente de México enseñó el cobre y dio las nalgas ante los que le echaron a perder su operativo.
Ni el lugar, o la hora, eran los adecuados el 17 de octubre.
Así es Andrés Manuel y su Secretario de Seguridad Pública.
Si no se asusta en la madrugada del primero de enero del 2020, todo es consecuencia de lo sucedido en octubre.
De eso, no tenga la menor duda.
FELIZ AÑO NUEVO
Hasta mañana.