Por J. Humberto Cossío R.
Una de las mejores cosas que presenta a sus gobernados Quirino Ordaz Coppel, es que asume íntegramente sus responsabilidades y no anda chillando por lo que le dejó de herencia el anterior.
Lo que no le gustó lo dijo en su momento y consignaron a los que se consideró con responsabilidades.
Que tenga o no razón, es cosa que se verá con el tiempo cuando los sentenciados agoten sus posibilidades legales de defensa.
Son los gobiernos que gustan.
Muy trabajador es Quirino Ordaz Coppel y cuando le entra a los carambazos administrativos, de obra, de salud, o de ayuda con programas sociales, no para hasta que inaugura la obra o constata que los apoyos a los necesitados llegaron con toda oportunidad.
El dolor de cabeza es la seguridad pública.
Lo sabemos todos, sin que nadie nos lo diga, a menos que sean los medios de información los que desparraman la nota policíaca en segundos, después de que suceden los hechos violentos que generan muertos.
Pero Quirino Ordaz Coppel no deja de picar piedra para que los elementos de la Guardia Nacional protejan con eficiencia a Sinaloa.
No quiere unos cuantos de muestra, pide muchos elementos y se compromete a construirles sus módulos habitacionales.
Andrés Manuel tiene chambeando al servicio de Trump a cuarenta mil guardias nacionales en la frontera sur.
Eso no ha permitido, que las operaciones de esta corporación tengan presencia en todo el territorio nacional, tal y como se tenía previsto desde su creación, y es por eso por lo que la delincuencia organizada sienta sus reales en todo México sin que nadie les atore bola.
Hay millones de armas en manos de la delincuencia organizada.
Todas son de tecnología de punta y algunas mejores que las que porta el Ejército y la Marina que son los que en su mayoría forman la Guardia Nacional.
Nos dirán que somos apátridas, pero en ocasiones casi rogamos para que entren lo soldados gringos y le hagan el trabajo al presidente de México.
De ese tamaño son los temores que muchos tenemos en nuestro País.
Andrés Manuel ya probó la sopa caliente de los delincuentes de Culiacán, y se espantó de lo que son capaces de hacer cuando les pican las costillas.
Los grupos de inteligencia del gobierno parecen no existir, o solo se dedican a espiar a la clase política y empresarial.
La inteligencia de los delincuentes organizados nos dio una muestra fehaciente de su poder de reacción el 17 de octubre.
Podemos cantar un estribillo que diga:
“Dos de octubre, no se olvida, y el 17 menos”.
En el primer segundo del 2020 rugieron las armas pesadas.
Ninguno de sus poseedores se quiso quedar atrás y el tableteo de los AK-47 y las Barret saludaron el nuevo año.
Algunos las accionaron hasta la llegada del amanecer y cantaron con sus descargas la estrofa de nuestro himno nacional, de que un soldado en cada hijo te dio.
Hasta mañana.