Por J. Humberto Cossío R.
Lo importante no es ganar, sino competir.
Es frase que nuestros deportistas toman al pie de la letra y se conforman con obtener menciones o medallas de segundo y tercer lugar.
A ellos mis respetos, por tomar la salida en una carrera o nadar en una alberca olímpica junto a los que resultaron ganadores.
Lo mismo digo de los tiradores de arco o los atletas que compiten en las artes marciales sin importar que sean mujeres o hombres.
Cuando ganan, me siento orgulloso de ellos.
Si pierden, me siento decepcionado y no valoro el esfuerzo que hicieron.
Los competidores gringos dicen que un segundo lugar no es nada.
Siempre llevan su mente puesta en las medallas de oro.
Hace algunos años no sabían nada del futbol soccer y formaron una liga nacional con jugadores de alta categoría internacional, y en unos años se convirtieron en una potencia continental.
Pueden jugar de tu a tu con cualquier selección y su mente va condicionada a triunfar sobre todas las cosas.
Los tomateros fueron recibidos como héroes después de participar en la serie del caribe junto a otros cinco equipos.
Puerto Rico fue el anfitrión y lo eliminaron.
Allá no les festejaron por su participación.
Panamá, Colombia, Venezuela, Dominicana y México fueron los visitantes.
Llegaron a semifinales los nuestros ganándole a Venezuela.
Al siguiente día perdieron frente a Venezuela y quedaron eliminados.
La final se dio entre Dominicana y los paisanos de Nicolas Maduro.
Dominicana les pasó por encima a los venezolanos y se convirtió en el soberano indiscutible de la serie del Caribe 2020.
Se ganaron el derecho de ser recibidos por sus compatriotas como los campeones que prometieron ser antes de partir rumbo a Puerto Rico.
Mentalidad de triunfadores tienen los equipos dominicanos.
Arrasaron con la competencia y se llevaron el trofeo.
¿Y los mexicanos?
Ah bueno, lo importante no es ganar, sino competir.
Eso hicieron y se conformaron.
Y siembran la semilla negativa de que es lo mismo competir y no ganar.
Mis tunas.
Se juega para ganar y no deben sentir orgullo por competir.
Que fueron campeones de la liga Mexicana del Pacífico, nadie lo discute o cuestiona.
Pero sigo insistiendo que nadie debe jugar para perder o empatar.
El triunfo es el sabor supremo para el ser humano.
Menos que eso no lo puedo entender y me niego a aceptarlo.
La siguiente serie del caribe la tendremos en Mazatlán y espero que el equipo de México se corone campeón para aplaudirlo.
De otra manera, me sentiré decepcionado y jamás diré que me pareció extraordinaria su labor si quedaran segundos.
Hasta mañana.