Por J. Humberto Cossío R.
EL NUEVE, NINGUNA SE MUEVE.
Eso aparece en un logo de las mujeres, que convocan a un paro nacional de actividades el día nueve de marzo para protestar por causa de la violencia que se ejerce sobre ellas y la frecuencia de los feminicidios.
Es un movimiento que en los tiempos modernos no tiene nada que se le parezca y no sabemos a ciencia cierta el alcance o las dimensiones que pueda alcanzar.
El presidente de México las satiriza, diciendo que son movidas por los conservadores adversarios de su gobierno.
Su esposa, en principio mostró su adhesión con su género y luego cambió de parecer después de la regañada que le puso Andrés Manuel.
Hasta el momento, solo hemos visto a través de los canales de televisión nacionales o por las redes, las manifestaciones de las mujeres en la ciudad de México y que terminan con incendios en estaciones del metro y comercios, mostrando un coraje y ansias de acabar con todo lo que les estorbe.
Lo radical del movimiento es a nivel ciudad y capital del País.
Lo que ahora se convoca es a una inactividad nacional en dependencias oficiales, empresas privadas, casas de estudios y hogares.
No quieren salir a la calle.
Parálisis absoluta de las mujeres para mostrarnos un solo día sin la participación de la mujer.
Quieren mostrar el power del género.
La esposa de Andrés Manuel salió con la jalada de convocar a las mujeres y hombres, para que salgan a la calle y protestar contra la violencia, pero con un pañuelo blanco amarrado al cuello y apoyando al presidente de México.
Se le entiende, por ser la mujer del tabasqueño.
Su petición es muy ridícula y a modo de las babosadas del marido.
No sabemos lo que resultará después del nueve de marzo.
Sabemos muy bien de lo que son capaces las mujeres cuando se lanzan en sus movimientos en la ciudad de México, pero convocar a nivel nacional a presentar una inactividad laboral, es harina de otro costal.
El presidente de México tiene miedo de que lo pongan en ridículo y le muestren que sus acciones no son aplaudidas en materia de seguridad ciudadana.
Las trata de desprestigiar calificándolas de instrumentos de la derecha.
Su temor es que las mujeres muestren su indignación a los ojos de la nación y al mundo que estará muy pendiente.
Su frase, de que él tiene otros datos, ya está muy desgastada.
La gente comienza a exigir acciones que erradiquen la violencia que muestran los criminales de la delincuencia organizada.
Las mujeres comienzan la marcha nacional.
Quizá después los varones se animen a organizar protestas por varias cosas que no marchan bien y que el presidente de México les resta importancia.
Las mujeres quieren seguridad para su género.
Pero su movimiento implica la falta de seguridad de los mexicanos y por eso las simpatías pueden darse por completo nacionalmente.
Son las primeras cosas que asustan a Andrés Manuel.
Pensó que nadie le gritaría de esa manera.
Las mujeres si tienen pantalones y de ahí el miedo de las autoridades federales que las ven como un peligro.
Hasta mañana.
