Por J. Humberto Cossío R.
Andropausia o Menopausia, pero es lo que le provocan los bochornos al presidente Andrés Manuel en sus mañaneras.
Parece que no coordina sus ideas de manera correcta.
Lanza estocadas a diestra y siniestra que dividen día con día a un mayor número de millones de ciudadanos.
Se siente amenazado por los que no le dimos el voto.
No se conforma con estar apoyado por treinta millones de electores y trata de estigmatizar de diferentes maneras a los mexicanos que diferimos de su manera de gobernar.
Su último delirio ha sido el lanzarse contra las mujeres que protestarán el ocho y el nueve de marzo de diferente manera, pero con un mismo fin y que resulta de acabar con la violencia que se ejerce sobre ellas.
La mística de Andrés Manuel, para combatir la violencia en nuestro País, no da resultados y las cifras de muertos siguen ahogando a su gobierno.
Pareciera que el presidente de México nos deja en claro que no quiere nada que lo pueda poner en mal con las organizaciones delictivas.
Esa impresión da, y ya molesta a muchos de los que lo apoyaron creyendo que las cosas cambiarían con su gobierno.
Nadie niega que un delincuente es un ser humano y que tiene derechos.
Pero los derechos de los pacíficos ciudadanos están muy por encima de los que nos agreden y provocan la inseguridad.
Que los encierren y les dicten sentencias apegadas a lo que establecen nuestra leyes, es lo que parece justo.
“PERO ABRAZOS Y NO BALAZOS, ES UNA RIDICULEZ”
Felipe Calderón, en su tiempo, combatió el crimen organizado y se dieron muchas muertes, pero su sentido era proteger a los jóvenes de los corruptores y darle seguridad a la ciudadanía.
Andrés Manuel opina lo contrario.
No quiere combatir a la delincuencia y el cúmulo de homicidios se eleva en forma espantosa.
Su tesis es un fracaso rotundo y no quiere cambiar.
Las fuerzas armadas quedan constantemente en ridículo por la orden del presidente de no tocar a los delincuentes.
Las balas de los facinerosos acabaron con cerca de cuarenta mil personas el año pasado y en el 2020 vamos por el mismo camino o puede ser peor.
Abrazos y no balazos no es solución para el combate a la delincuencia.
Desde diciembre del 2018 lo constata Andrés Manuel y su escudo sigue siendo la misma frasecita que culpa a los gobiernos corruptos del pasado.
Las mujeres que protestarán el nueve de marzo con su inasistencia a los centros de trabajo, provocarán una parálisis muy evidente si triunfan con la convocatoria nacional que ha sido lanzada por las agraviadas.
El Ejército y la Marina se sumaron al movimiento en contra de lo que dice su primer comandante.
Los empresarios dicen apoyar a las mujeres y sus propósitos.
Las universidades ya fijaron su postura de apoyo para alumnas y trabajadoras.
Una papa caliente para la presidencia de México que insiste que son manipuladas por los conservadores de la derecha.
Hay un cuete a punto de tronar.
Hasta mañana.
