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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Los cohetes que manejan los niños de nuestros tiempos, jamás imaginamos que pudieran ser juguetes de diversión que se venden sin recato alguno en cualquier chumilco.

Son verdaderos cartuchos de dinamita y los fabricantes tienen toda la pólvora que necesitan y sus ganancias son millonarias.

Un cohete de esas dimensiones y potencia, pueden destruir fácilmente un carro de los que usamos como transporte, o bien quitar la vida a los que se encuentren muy cercanos a la explosión.

Es claro que veremos cada día con más frecuencia, niños y jóvenes mutilados de sus extremidades superiores o con ceguera parcial o total, como consecuencia de la diversión que les producen los potentes estallidos.

Nos dicen que hay lugares donde se fabrican a gusto del cliente los artefactos de alto contenido de pólvora, y no se necesita requisito alguno para ordenar cientos o miles de los que parecen cartuchos de dinamita.

Usted puede diseñar el artefacto y ellos les fijan el precio.

Es todo lo que se necesita.

Ordenan y pagan, y colorín colorado.

El porqué de lo que se puede, es cosa muy conocida.

La corrupción ya no camina en buenos caballos, ahora anda subida en potentes automóviles de muchos caballos de fuerza, y sus propietarios cuentan con gruesas cuentas bancarias que les abren las puertas de cualquier institución de gobierno.

Los fabricantes no matan, solamente le entregan las armas a los que quieren suicidarse y lo que ocurra después de realizar la operación, no es cosa de su incumbencia.

Claro que cuentan con el respaldo de todo tipo de autoridades.

El manejo de la pólvora es cosa reglamentada por la ley de armas y explosivos.

Pero la justicia ya no es ciega. La venda que antes cubría los ojos, ahora yace entre fajos de billetes que la ayudaron a recobrar la vista.

El aumento de niños, jóvenes y adultos, que pierden la vista por causa de los explosivos que manejan para sus festejos, es cada día más grande.

A nadie le importa, por supuesto.

La simulación es evidente y a nadie parece incomodarle.

Se montan operativos para impedir los disparos de arma de fuego en el primero de enero, y segundos después de que llega el nuevo año, de pronto aparece en las redes un video, donde aparece un agente de policía prestando su fusil para que un civil realice los disparos para felicitar al 2019 que se hace presente.

¿Quién era el civil?

Y que compromisos tienen los agentes con esa persona, son cosas que se deberán investigar hasta sus últimas consecuencias.

Usted piensa que se hará tal cosa…Yo tampoco.

Con ese parámetro veamos lo de los cartuchos de dinamita que se venden como “cuetitos” en las tiendas de barriada, y

sabremos el motivo de la facilidad para ser comerciados a la vista y al portador.

La justicia no está ciega.

La operaron con billetes láser.