Por J. Humberto Cossío R.
La obligación de los Jueces es normar su criterio conforme a derecho y con el análisis de las pruebas que se le presentan para fundamentar los casos sobre los que tiene que tomar una decisión.
Muchos casos que les son presentados presentan fallas estructurales y les resulta imposible retener en cárceles a los acusados y en otras, por las violaciones al debido procedimiento los tienen que dejar en libertad.
La violación de las garantías individuales de los que son llevados ante el Juez es determinante para la resolución que se dicte conforme a derecho.
Algo muy peligrosa flota en el ambiente.
El presidente de México se convierte en el juzgador de los Jueces y desde su tribuna de las mañaneras les dicta órdenes y los denigra.
Pero su ejemplo ya cundió en otras instancias.
El secretario de la Defensa se une a los reclamos presidenciales. De manera directa señala a los Jueces como los que echan a perder todos los esfuerzos de soldados y marinos, que arriesgan su vida en los operativos y que desde la comodidad de un escritorio ponen en libertad a los detenidos.
La conducta del presidente y el secretario de la Defensa nacional, puede intimidar a los juzgadores y no resolver conforme a derecho de acuerdo con la apreciación de lo que se le pone a la vista para su estudio.
Me parece muy autoritario lo expresado por el General Luís Crescencio Sandoval González. Hizo eco a las barbaridades de Andrés Manuel y lanza una velada amenaza contra los que no resuelvan de la manera que él quiera.
Los Jueces honestos estarán parados sobre el filo de la navaja.
Si hay abusos en los operativos que llevan a las detenciones, tendrán que cerrar los ojos y decretar la prisión preventiva sin importarles la manera en que le fueron presentados y solo para complacer al presidente y al secretario de la Defensa.
Corrupción debe haberla por todas partes y el poder judicial no puede escapar a tentaciones.
La hay en los altos cargos del gabinete de Andrés Manuel y para muestra un gran botón en la Comisión Federal de electricidad.
Tenemos a un farsante que es presunto responsable por ignorancia u omisión de los casi cincuenta mil muertos por el CORONAVIRUS.
El presidente defiende a capa y espada las babosadas que comete el Dr. López Gatell y lo sostiene a pesar de las evidencias que hay en su contra.
Eso también es corrupción. La comete el presidente de México al encubrir al Sub -secretario de salud que es el directo responsable del manejo de la pandemia.
El poder judicial debe ser independiente, tal y como lo señala la constitución mexicana y no permitir la intromisión del poder ejecutivo federal, y tampoco desproteger a sus Jueces de las amenazas del secretario de la defensa.
Nadie estamos en desacuerdo en que se combata a la delincuencia de manera enérgica, pero sin cometer violaciones a las garantías individuales.
No queremos dictaduras de ninguna clase y parece que el presidente de México y los militares, pretenden sujetarnos a sus órdenes y sin levantar la cabeza para tallarles en su cara los abusos que se cometan.
Si hay Jueces corruptos que los investiguen.
Pero amenazar a la generalidad del Poder Judicial es convertirse en autoridad omnímoda y sin recurso alguno para frenar esas advertencias.
No queremos dictadores en México.
Queremos presidencialismo y fuerzas armadas que nos protejan.
Basta de amenazas a los Jueces.
Hasta mañana.