Por J. Humberto Cossío R.
Comenzó el año electoral y con ello la zafra de los encuestadores.
No voy a perder el tiempo poniendo el nombre de los estafadores y me limitaré a dar mi opinión que tengo sobre los buitres de los procesos electorales.
Primeramente, daremos una repasadita de los aspirantes que conocemos y que quieren ser Gobernadores.
Jesús Valdés, Mario Zamora, Sergio Torres, Jesús Vizcarra, Gerardo Vargas Landeros, Melesio Cuén, Rubén Rocha Moya, Aarón Irizar, Imelda Castro, Estrada Ferreiro, Benítez “El Químico”, Raúl Inzunza Dagnino y Popito Rojo.
La mayoría de ellos serán buscados por los encuestadores. Querrán obtener lo que importa a la plaga de los magos de la numerología política y que se traduce en dinero contante y sonante.
Los que tengan “cachata”, mostrarán el interés por aparecer en las encuestas y aquí comienza la negociación entre el aspirante y el mago encuestador.
Hay compañías en la materia que dicen ser muy serías. Tienen lugar privilegiado en el mercado y son los que se cotizan más caras y no todos pueden contratarlas.
Hablamos de sumas millonarias.
No hay muchos que puedan signar un contrato con estas estrellas de la falacia electoral, sin embargo, con los que puedan pagar se pegan un atracón de billetes a cambio de presentar al cliente como el que lleva una enorme delantera, o bien, de acuerdo con el billete obtenido, una mediana ventaja o pequeño margen, pero que encabeza las preferencias.
Los encuestadores no trabajan con los pobres.
Cuanto tienes y es lo que vales.
No pierden el tiempo con los aspirantes sin costal.
Los Gobernadores mandan hacer sus propias encuestas y pretenden con ello darse una idea de cómo andan los pretensos. En algunos casos pueden las encuestas influir en las decisiones del mandante para apoyar a tal o cual candidato.
Ellos no tienen problemas de liquidez y utilizan varios encuestadores que consideran con mayor responsabilidad de su trabajo.
Todos los encuestadores mienten.
Si presentan la verdad cruda y no coincide con los deseos del ordenante, saben que no volverán a ser contratados y jamás cometerán el error.
Los periódicos tienen su propio equipo de encuestadores. Generalmente son de escritorio y sirven sus predicciones para acalambrar a los que suenan en el río de aspirantes y de alguna manera obtienen jugosas ganancias.
Soy lector del Debate y sigo con interés la manipulación que realizan con sus supuestas encuestas. Son muy divertidos y fallan más seguido que al tiro al blanco de las ferias con rifles de tapón de corcho.
Los encuestadores son vendedores de ilusiones.
Son excelentes para la práctica de ese comercio y siempre hay incautos que quieren que les mientan y pagan por ello.
La política es un jugoso filón.
Poner adelante a un aspirante a cargos de elección es la especialidad de la casa.
Los clientes quedan contentos y pagan con mucho gusto.
No sabemos cuánto ganarán en Sinaloa los encuestadores nacionales.
Clientela hay bastante en todos los partidos y uno que otro independiente.
Veremos cuánto dinero cargan los aspirantes en sus mochilas para cubrir el concepto.
Negocio redondo las encuestas.
Hasta mañana.