Por J. Humberto Cossío R.
Parecía que los habitantes de un pueblo se divertían alrededor de una fuente de agua cristalina que aventaba sus chorros con potencia a gran altura.
Pero no, se trataba de gasolina y hombres, mujeres y niños se ayudaban unos a otros para llenar sus recipientes del combustible que escapaba de la toma clandestina.
Tlahuelilpan, Hidalgo, vive una tragedia que enluta a la nación.
Al momento de escribir eran setenta y tres muertos y puede que lleguen a cien.
Cuando la gente se dio cuenta, que brotaba gasolina del ducto cercano a sus hogares, se dejaron ir sin medir el peligro y convirtieron momentáneamente el “gasoliganso” en día de fiesta popular. En tropel acudieron cientos de personas con la firme intención de llevarse una buena dotación del combustible que brotaba sin parar.
Algo inusitado para ellos.
Se convirtieron en huachicoleros de ocasión, y debido a su inexperiencia como tales, se vieron atrapados en mortal trampa que se convirtió en tragedia y dio vuelta al mundo como noticia de alto impacto.
Las imágenes que nos mostraron los medios televisivos nos horrorizaron.
Gente que caminaba como zombis, quemada en la mayor parte de su cuerpo.
Algunos completamente desnudos y con la piel desprendiéndosele.
Se habla de terrorismo de la delincuencia organizada.
Otros como Andrés Manuel, lo atribuyen a la extrema pobreza que vive el pueblo de México debido a la corrupción de los anteriores gobiernos.
La televisión llegó casi al momento en que ocurrieron los hechos. Faltó poco para que captaran el momento de la explosión y se dice que fueron avisados de lo que iba a ocurrir.
En el remoto caso de que fue algo planeado, tendríamos que hacernos muchas preguntas.
¿A quién o a quienes atribuirles la responsabilidad?
¿A quién o a quienes beneficia la tragedia?
¿Delincuencia organizada?
¿Perversidad de gobierno?
Vayamos por partes:
Andrés Manuel ha emprendido una campaña contra los huachicoleros.
Los huachicoleros han dejado de percibir bastantes cientos de millones de pesos durante el mes de diciembre y lo que va de enero.
¿Es guerra aceptada entre delincuencia y la autoridad federal?
¿O se trata de poner en evidencia a presidentes de México que antecedieron en el cargo a Andrés Manuel y llenarlos de excremento?
Aquella sentencia popular que dice:
¡Piensa mal y acertarás, me tiene confundido!
¿Serán los delincuentes los que provocaron esta mortandad?
¿O fue un error de calculo de las autoridades que le abrieron un boquete a sus ductos para justificar sus acciones contra huachicoleros?
Quien haya provocado las muertes, no tiene perdón de Dios.
Son cosas que quedan grabadas en lo profundo de nuestro cerebro.
Hasta mañana y no piensen mal.