Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Escucho decir con frecuencia.

“De pinche hago una denuncia contra la delincuencia”

Me ponen el dedo los del 911 al detectar mi celular.

Percepción que tienen los ciudadanos de las autoridades policíacas.

Con razón o sin razón, pero así se expresan.

Mis experiencias personales:

En el año 2009, me encontraba en un lavadero de autos y como era de servicio muy rápido me senté a esperar en la oficina del negocio.

Llega demacrado el que daba servicio a mi unidad, y me indica, que, con pistola en mano, pretendieron que les entregara las llaves y les indicó que no las tenía que se encontraban en la oficina y lo dejaron en paz.

Alcancé a ver cuando el tipo se subía al carro donde lo esperaban sus compañeros y marqué en aquel entonces al 066, si no estoy equivocado, y les indiqué lo que estuvo a punto de suceder y las características de la unidad en que huyeron los malhechores.

Eso fue hace diez años y es hora de que no se presentan a investigar el asunto.

Pero me tomaron todos los datos y el número de mi celular.

Insistí tres veces, hasta que una señora o señorita, según sea el caso, me indicó que esperara y ya no llamara.

Nunca llegaron.

En la plaza del Cinépolis me quitaron un carro a punta de pistola, y cuando pedí ayuda a un guardia de un casino que ahí funciona, me dijo que el no podía meterse en cosas ajenas a su trabajo y no llamó a ninguna autoridad.

¿Entonces?

Es un indicativo de las manos en que estamos.

Por eso la ciudadanía no participa.

Temen llamar y que los mismos que lo atienden lo evidencien con los delincuentes.

Es cosa seria.

Los Gobernadores invierten cientos de millones en las policías y no baja la delincuencia.

Debe haber culebra en el agua.

A una amiga de mi casa le robaron su modesto vehículo al que llamaba su amado carrillo.

Pasaron dos meses de la denuncia que interpuso en la ciudad de Culiacán y perdió las esperanzas de recuperarlo.

Sin embargo, su hermana que vive en la ciudad de Los mochis, le informó haber visto el carro en aquella ciudad y que lo traía un elemento de la policía Ministerial.

Rauda y veloz se trasladó a la cañera ciudad y constató que un policía traía a su amado carrillo y se le puso enfrente para reclamarle.

Casi la golpea el individuo, pero no se arredró mi amiga y comenzó a gritarle.

En eso sale alguien que al parecer era el jefe y quiso ningunearla, pero mi amiga es canela fina y no se deja de nadie.

Los amenazó con denunciarlos en Culiacán y llevar a los reporteros del Debate. casi la meten al bote, pero le entregaron el carro.

¿Qué opinión le merecen las policías a mi amiga?

Fácil entenderla.

Hasta mañana.