Por J. Humberto Cossío R.
Hagamos historia.
Tu metes la chancla y yo te corrijo por la mañana.
“No señor”, que nadie nos diga que somos más de lo mismo.
¿Es una estrategia perfectamente diseñada,
o nos encontramos con funcionarios que son muy “indejos”?
Eso me hizo recordar a un Director que se quejaba de que sus auxiliares no estaban a su altura y amenazaba con despedirlos.
Uno de sus amigos lo metió a la cancha del buen razonamiento:
“Oye cabrón”:
¿En verdad quieres tener lumbreras como ayudantes?
¿Te quieres poner en riesgo de que te tumben la chamba?
Nunca volvió a quejarse.
Durante el día se dicen toda clase de absurdas noticias.
Por la mañana, llega la pertinente declaración del presidente y los descalifica con asombrosa facilidad.
¿No quiere lumbreras que hagan palidecer su sabiduría?
Si así es este abarrote, nos callamos y punto.
Haga lo que haga, o diga lo que diga, Andrés Manuel conquista cada día más adeptos para su proyecto.
Eso es verdad indiscutible, y no se ve la forma en que los adversarios que tiene le puedan bajar esa popularidad a corto o mediano plazo.
Sus enemigos políticos se mueren y le dejan el camino libre.
Es el caso de la Gobernadora de Puebla, que pudo convertirse en un alhuate de cola y se cayó su helicóptero donde murió en compañía de su esposo, ni más ni menos que el líder de la fracción panista del Senado.
O bien, el líder que asesinaron recientemente en Morelos, que se oponía a la construcción de una termo eléctrica y contaba con el apoyo de muchos pueblos y que ahora quedaron sin la cabeza principal.
Andrés Manuel es hombre muy perseverante y machacón y tiene la suerte de que sus adversarios desaparecen de la faz de la tierra y dejan de ser molestia para sus planes de mediano o largo plazo.
Mejor hay que hacerlo reír, como lo logró el Senador sinaloense Mario Zamora, con un reto beisbolero entre los Senadores y la oficina de la presidencia, y claro está, que Andrés Manuel participará si se lleva a cabo.
“Sin cachirules, le dijo el paisano”
Y la sonrisa afloró en nuestro presidente.
“Si apuestan la permanencia de las estancias infantiles en contra de alguna votación a futuro, en un descuido le ganan los
Senadores a la presidencia y los niños serían salvados por el buen desempeño de los legisladores”.
Ándele mi Senador, concerte la apuesta y considere que es la única forma de obtener algo de Andrés Manuel.
Beisbol en las alturas.
Presidencia contra Senado y sin peligro de muerte.
Hasta mañana.