Por J. Humberto Cossío R.
A Enrique Peña Nieto le quitaron su juventud y lo convirtieron en político para llevarlo a las cumbres del poder.
Renunció a conducir el País desde que Andrés Manuel ganó la presidencia el primero de julio del 2018.
Las decisiones más importantes fueron tomadas por Andrés Manuel y su equipo más cercano de colaboradores.
A cambio, se le prometió impunidad.
Desde entonces, se liberó del yugo de su consorte ficticia, Angelica Rivera, a quién se dice le pagaron espléndidamente para que interpretara el papel de la primera dama de México acompañando a Peña Nieto.
La gaviota voló a sus dominios y Enrique se dedica al gozo mundano.
No quiere saber nada de política ni de políticos y dedica su tiempo completo a la diversión con bellísimas damas o de perdida muy ganosas.
Le quieren interrumpir la pachanga.
Pretenden citarlo para que declare en torno a compras millonarias del gobierno y que se sospecha fueron una fuente interminable de riqueza para el ex -presidente.
Pero hay quienes le buscan tres pies al gato y relacionan esta embarrada con la elección del nuevo presidente del PRI nacional.
Suponen, qué, Andrés Manuel López Obrador quiere tenerlo agarrado de los guevos y que le ayude a que llegue a la dirigencia del tricolor la persona más conveniente para los intereses de MORENA.
¿Será posible este entramado del presidente de nuestro País?
¿O la renuncia del Dr. Narro es casualidad?
Para que lleguen a realizarse los proyectos, necesitan construir escalones a prueba de terremotos de 9.5 grados.
¿O ya tienen asegurado a Emilio Lozoya con declaraciones documentadas que comprometen directamente a Peña Nieto?
El PRI o tu libertad, pudiera ser el nuevo arreglo que Andrés Manuel le propone a su antecesor y para ello tiene que abandonar sus pachangas y comenzar a mover los hilos que disponen la suerte de cada quién.
Andrés Manuel no quiere pelos en la sopa.
Quiere tener el control absoluto sobre el sistema partidista que aún existe precariamente en México.
Destrozó al PAN,PRI y PRD.
Pero se siguen moviendo y no es cosa que tolere nuestro primer mandatario de la Nación.
Aquí no hay todo o nada.
Es todo y punto, y hará lo que tenga que hacer para lograrlo.
¿Usted respeta al PRI?
Yo tampoco. Dejé de hacerlo desde hace tiempo y solo entrego mi voto a los candidatos que merecen mi respeto.
Andrés Manuel quiere ser el nuevo dueño del tricolor y utilizarlo para combatir a otros partidos que tienen esperanzas reales de sobrevivir, como es el caso de Acción Nacional.
Necesita la ayuda de Enrique Peña Nieto y de nuevo le pone la espada sobre su cabeza.
Hasta mañana.