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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Para nada es desconocido, que en los tiempos posteriores a la consumación de la revolución mexicana, hubo intentos muy serios de convertirse en gobernantes a perpetuidad y de una u otra manera no han cristalizado.

El General Álvaro Obregón obligó al presidente Plutarco Elías Calles para que lo hiciera de nuevo candidato a la presidencia.
Así se hizo conforme a las órdenes de ese gran caudillo del movimiento armado. Para triunfar, se tejieron grandes maniobras que incluyeron el asesinato de otros aspirantes a la presidencia de México.

El General Obregón triunfó en las amañadas elecciones supervisadas paso a paso por el mismo y bajo la instrumentación de Calles.
Todo parecía listo para que Obregón asumiera de nuevo el más alto cargo que un ciudadano puede tener en el gobierno federal, pero, hubo un gran pero, y en el restaurante de la Bombilla el presidente electo fue asesinado. Se dice que le fueron encontradas balas de diferentes calibres y que no salieron de una sola arma como escribieron los historiadores oficiales.

Cuando alguien preguntaba quién asesinó a Obregón se contestaba de manera sarcástica “CALLES…E LA BOCA”.

El Presidente Plutarco Elías Calles ingenió la manera de convertirse en el caudillo de la revolución y lo logró por un tiempo.

Cuando nombró candidato al General Lázaro Cárdenas del Río se comenzó a escribir la nueva historia del gobierno mexicano.

Don Lázaro aparentó ser otro monigote que llegaría a la presidencia y solo gobernaría siguiendo las ordenes absolutas de Don Plutarco, y sin más fines que seguir perpetuando en el poder a Calles.

Craso error, Lázaro Cárdenas del Río tenía sus propias ideas y en su mente jamás se veía como un incondicional cuando asumiera la presidencia de México.

Fortaleció su estructura de gobierno, y en su momento, mandó agentes al domicilio de Don Plutarco, lo subieron en un avión y lo enviaron al exilio.

Don Lázaro salvó a México de una dictadura encubierta.

Llega Andrés Manuel a la presidencia de México y le ofrece al Ingeniero Cárdenas Solorzano formar parte de su gabinete. De manera cortés, pero muy firme, el hijo de Tata Lázaro le rechazó la oferta.

Se convirtió Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano en el gran salvador de nuestra nación, al dar a conocer con mucha firmeza su postura sobre la aberrante determinación del congreso de Baja California, que aprobó en contra de todas las normas constitucionales, extender el tiempo de mandato al Ing. Jaime Bonilla que fue electo para gobernar el Estado por un término de dos años. Así fue votado en urnas y los diputados querían dar un golpe a la Constitución mexicana y extender su gobierno a cinco.

Expresó el Ing. Cárdenas Solorzano en todos los medios de comunicación, su rechazo absoluto a esa posibilidad que abría las puertas a todos los que quisieran extender el mandato para el que fueron escogidos por la ciudadanía con su voto.

El mensaje fue para Andrés Manuel, quién ante la avalancha de críticas, tuvo que meter reversa a sus oscuras intenciones y declarar a destiempo que no estaba de acuerdo con esa determinación del Congreso de Baja California.

El Presidente de México y el Gobernador de Baja California, quisieron tender el puente para que el Congreso federal hiciera lo mismo y extendiera el mandato o aprobara en su momento la reelección retroactiva, y que Andrés Manuel continuara con su mandato hasta donde le diera la gana.

Gracias al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano.

Su condena despertó la conciencia de los mexicanos e impidió hasta el momento las ocultas intenciones de Andrés Manuel López Obrador.