Por J. Humberto Cossío R.
En el año del 2003 falleció la primera esposa de Andrés Manuel López Obrador.
Llevaba por nombre Rocio Beltrán Medina.
Fue una gran compañera del hoy presidente de México.
En la campaña política que contendió contra Felipe Calderón Hinojosa, asistí a un evento, donde una de las organizadoras, la señora Mercedes Murillo, apasionada seguidora de Andrés Manuel le puso sobre la mesa que en Sinaloa había muchas mujeres muy hermosas y brillantes.
El peje sonrió ante lo dicho por la Meché y se lo llevó de anécdota de campaña.
Debo de confesar, que me tenía convencido totalmente Andrés Manuel y que si no emití mi voto en su favor fue por una petición muy especial de un gran amigo.
Voté por el PRI a sabiendas de que estábamos fritos.
Es lo mismo que hice el 2018 cuando voté por José Antonio Meade convencido que no calentaba una taza de agua para nescafé.
La primera vez quería que el peje ganara y perdió.
Esta última quería que ganara Meade y su fracaso fue estrepitoso.
Sabía perfectamente que la presidencia era para Andrés Manuel, pero en esta ocasión mi desencanto por la izquierda y MORENA era total.
No me equivoqué.
Andrés Manuel no tiene gran cosa como gobernante y mucho menos como estadista.
Pero no quiero que fracase y nos lleve al barranco a los mexicanos.
Pero no entiende el borriquete e implementa políticas equivocadas y retrogradas.
Espero que recapacite y le de vuelta a la tortilla y tome el timón como verdadero marino de los siete mares y no como remedo de pescador de agua dulce.
Un presidente debe ser alguien fuera de lo común, con extraordinaria inteligencia y brillante manera de conducir los destinos de la nación.
Créanmelo, muchas veces le he pedido a Dios que lo guie y parece que no se deja y hasta con Dios choca.
Formó unas redes de seguidores ciegos y los incita para que nos tumben los lentes a los que si vemos sus errores y los señalamos.
Nos dicen chayoteros a cada rato.
Que somos una prensa corrupta y que ya no recibimos el dinero de los presidentes anteriores.
No saben que ni en cuenta nos tienen en la ciudad de México.
Nosotros trabajamos con publicidad con gobiernos estatales y municipales cuando nos aceptan convenios y hasta ahí llegamos.
Nuestro trabajo es publicitario y nada tenemos que ver con Andrés Manuel o con los presidentes que lo antecedieron.
Somos críticos de los gobiernos pendejos y por eso criticamos a Peña Nieto y ahora a este desentendido que prefiere tener la mano torcida y no enmienda sus tonterías.
Que a los guevones les guste su manera de ser es otra cosa.
Pero yo pago puntualmente mis impuestos y no me gusta mantener a los buenos para nada y para colmo viciosos.
No me equivoqué:
Andrés Manuel tiene cuarteaduras en la cabeza y por eso gobierna mal.
Hasta mañana.