Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

No les creo a los gobiernos de Estados Unidos y de México.

Dicen que pararán el trafico de armas de allá para acá y el de drogas de aquí para allá y solo puedo soltar la carcajada.

México se quedaría sin el dinero que generan los que manejan los miles de toneladas por año y que son consumidas por nuestros vecinos.

Y son cifras de las que no podrían jamás imaginar el Rey Salomón o Alí Babá y sus cuarenta ladrones.

De los gringos a nuestro País, son fabulosas cantidades de armamento el que adquieren los señores de la delincuencia organizada, y les producen ganancias a los fabricantes por muchos miles de millones anuales.

La industria estadounidense jamás le perdonaría a Donald Trump que cometa ese pecado de “lesa humanidad” contra los dueños del dinero bélico.

En el mundo de los negocios no hay moral.
Los fabricantes de armas y los zares de las drogas, están muy por encima de los principios éticos y manejan su conducta de acuerdo a los más puros y enormes criterios que marcan las monedas que existen en todo el planeta.

En Estados Unidos hay un padrón de consumidores de drogas muy elevado y se lleva con mucha precisión.

Se maneja de manera muy prudente lo que debe llegar a sus tierras y cumple con el propósito de no causar un problema social y de salud entre los viciosos.

“Bisnes are bisnes”

De ahí no salen los güeritos y no hay forma de hacerlos cambiar.

La lana se necesita en México y la gente es feliz cuando la bolsa se siente cargada.
Por eso nuestros gobiernos practican el disimulo y no se dan por enterados que existen los grandes capos.

Solo cuando la molestia afecta a los vecinos de la frontera norte, es cuando se realizan operativos y se capturan uno que otro de los que pintan en el mundo internacional del tráfico de drogas.

México tiene muchos millones de elementos que viven de la industria de los estupefacientes. Sus clientes que les produce miles y miles de millones de dólares los tenemos a la mano y sin problema para hacerles llegar el producto.

De ahí mi sonrisa por los supuestos acuerdos entre nuestro País y el de Estados Unidos.

Ninguno de los dos tiene la intención de cumplir.

A los gringos se les levantan en armas los viciosos y a los mexicanos los ahogaría la inmensa pobreza y serían causantes de otra revolución.

El acuerdo es consecuencia del ruido mediático de lo sucedido en Culiacán y Bavispe, Sonora.

Caerá al olvido en mediano tiempo y las cosas seguirán funcionando a la perfección.
De allá seguirán entrando las armas y ellos recibirán sin demora la droga que necesiten.

Los dos gobiernos obtendrán millonarias sumas de dinero en sus transacciones y seguirá la felicidad llegando de aquí para allá y de allá para acá.

No es un secreto las complicidades oficiales que benefician a los grandes industriales de la guerra y a los poderosos miembros de la mafia mexicana.

Mi carcajada es franca y sincera.

Hasta mañana.