Por J. Humberto Cossío R.
Javier Sicilia es un luchador social formado en los años de 1980 y jamás ha descansado en buscar que la justicia, seguridad y la paz sea de lo que gocemos los mexicanos.
A su hijo Juan Francisco lo asesinaron. Encabezó en el 2011 una marcha nacional y logró entrevistarse con el presidente Felipe Calderón en los pinos y le pidió que cambiara las estrategias del combate a la delincuencia.
También le pidió la renuncia de Genaro García Luna que actualmente es procesado en los Estados Unidos por diversos delitos.
El domingo pasado encabezó una marcha con los mismos propósitos de antaño y Andrés Manuel López Obrador se negó a recibirlo.
Los sicarios de Andrés Manuel se hicieron presentes en el Zócalo y agredieron a los integrantes de la marcha.
El presidente de México le tiene una fobia a este poeta y trata de desacreditarlo de variadas formas.
Creo que le tiene envidia por ser un verdadero luchador social sin pretender apoderarse del gobierno como lo hizo Andrés Manuel.
Los acusa de manifestarse en su gobierno y no haberlo hecho en contra de otros presidentes. Se olvida que Javier Sicilia llevó a cabo la marcha nacional que jamás tuvo en mente realizar el tabasqueño que hoy nos gobierna.
Sicilia y otros ciudadanos quieren que el presidente de México se ponga a trabajar en materia de seguridad pública, y se deje de tonterías como abrazos en lugar de balazos y es la causa de que no sean recibidos en Palacio Nacional por Andrés Manuel.
El presidente de México se exhibe como perverso.
En sus mañaneras, sin que nadie le responda, llena de lodo al que le da la gana.
Aprovecha todo su tiempo en seguirse mostrando como un formidable candidato a la presidencia de México.
Me gustaría decirle en su cara, que queremos los ciudadanos mexicanos pensantes que desaparezca el candidato y se muestre el presidente de la República.
Sus tonteras son celebres a nivel nacional e internacional.
Es temeroso de asistir a reuniones con presidentes de otras naciones por su falta de personalidad como jefe de Estado.
Sus perversidades las aplica a los mexicanos y se pone de nalgas ante la fuerza de Donald Trump que lo hace bailar al son que se le viene en gana.
Andrés Manuel no es Estadista.
Benito Juárez o Lázaro Cárdenas deben estar avergonzados y revolcándose en sus tumbas por las idioteces que nos muestra en sus mañaneras el presidente de México.
Marcelo Ebrard es el que saca de los apuros al tabasqueño.
Presenta la cara de nuestro País a niveles internacionales y es quién maneja las estrategias que presenta en las reuniones cumbres.
No cabe duda de que seguimos teniendo un excelente candidato a la presidencia en la figura de Andrés Manuel.
Puede que jamás lo veremos como presidente de México.
Me asusta que sea tan perverso.
La política fiscal de nuestros tiempos es puramente recaudatoria y es un fusil puesto en la cabeza de todos los que intenten portarse mal.
Los castigos ya no son solo económicos, ahora son del orden penal y con eso aplacará a todas las voces disidentes.
Andrés Manuel es hombre desquiciado y perverso.
Odia a los luchadores sociales que le puedan ganar espacios en el firmamento.
Por eso no quiere al poeta Javier Sicilia.
Hasta Mañana.
