Por J. Humberto Cossío R.
En la ciudad de Guasave tuve la fortuna de ser conducido al más extraordinario rincón de las delicias de la repostería.
Jamás imaginé que pudiera existir algo que embrujara mi paladar, hasta que tuve frente a mi a la señora Gina Dagnino Fonseca que me ofreció una generosa porción de un pay de guayaba recién horneado.
Me sentí transportado a un paraíso del sabor y ya no hay otro lugar en el mundo que me pueda ofrecer el maravilloso manjar.
No me importa tener un coma diabético por comer una y otra vez las generosas porciones que mi cuchillo corta sobre la mesa de mi comedor.
Mi favorito es el pay de guayaba, pero me ofrecen de plátano, de durazno de fresa y combinados y todos son una delicia de la repostería.
Bendita mano que Dios le concedió a Gina.
Y le doy gracias al señor por haber conocido en Guasave el mundo de las delicias que elabora esta bendita señora.
Soy diabético y qué.
Prefiero morir muy dulce y no caer al piso lleno de amargura.
Por transporte Norte de Sinaloa me mandaron varias veces estos manjares y mi corresponsal en Guasave de FAX POLITICO se encargaba del envío.
Ya no tendré necesidad de quedarme esperando que me lleguen mis pedidos, Fernando Servín de la Mora se estableció en Culiacán y desde el pasado 25 de enero abrió las puertas de la pastelería Gina en la plaza Carolina a la salida norte de la ciudad.
Carretera internacional y boulevard Malova es la ubicación de la que será mi plaza favorita y desde este momento, estoy buscando que prueben con un pay de guayaba endulzado con esplenda para presentarle un frente de batalla a mi Diabetes que es incipiente, pero que puede avanzar peligrosamente si no tengo el cuidado.
Por lo pronto me seguiré atascando de pay de guayaba con azúcar normal y bajo mi cuenta y riesgo de sufrir un percance por mi gula.
Me vale madre que Andrés Manuel me quiera reducir mi pensión.
Pero que no me quiten la pastelería GINA de Culiacán.
Me da igual si Rubén Rocha Moya sea o no candidato de MORENA al gobierno de Sinaloa, en tanto que me sigan fabricando mis exquisiteces.
Ya me prometió Fernando el pay de guayaba elaborado con esplenda.
Se me hace agua la boca cuando me imagino la tragazón que desataré en la soledad del comedor de mi hogar.
Quiere que pruebe todos los pay que elaboran bajo las reglas de su señora madre que capacitó a su esposa para la confección de la repostería.
Manejan también pasteles, pero de eso no ha llegado a mi paladar.
Me planté en el pay de guayaba y puede que de ahí no me mueven.
Me concediste uno de mis mayores deseos, amigo Fernando.
Ahora tengo a la mano la repostería que me enyerba, de tan solo pensar en el deleite que me produce con una humeante taza de café o un chocolate caliente o frio.
La plaza carolina será uno de mis destinos favoritos de aquí en delante.
Ahí tienen café y mesas para sentarse a pegarle a los manjares de la repostería.
Saludos Fernando y no le aflojes.
Saludos a su señora madre y a su familia que te acompañan en el negocio.
Mucho éxito y que no te falle jamás el de guayaba.
Hasta Mañana.
