Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Cien reyes magos acudieron al pesebre de Palacio nacional para adorar el nacimiento del nuevo Dios.

No llegaron en los tradicionales camellos.
Sus medios de transporte son muy modernos y con maquinas que rugen con la potencia de quinientos leones de fuerza.
Sus regalos no eran incienso o mirra.

Solo se aceptaron cheques y con valor de cuarenta mil cachitos de la lotería del juguete despreciado del sacerdote anterior.

Los reyes magos no llegaron de otras partes del mundo, pero si de los cuatro puntos cardinales de nuestro País.

No recibieron un aviso divino.

Fueron avisados del nacimiento del nuevo Mesías por los apóstoles de la nueva Iglesia de la Cuarta Transformación.

Ahí estuvieron y cenaron voluntariamente (a guevo) con esa criatura que ya partió el cascaron a sus casi setenta dinosauricos años y que les dio la bienvenida.

Frente a ellos, una carta compromiso, con cantidad puesta de su puño y letra para ser parte de la nueva sociedad que escogerá sin licitaciones a los que harán negocios con el niño Andrés Manuel.

Veinte millones no es nada, febril la mirada, del tango del barrio.

Un nuevo casino abrió sus puertas, con exclusividad absoluta que da la fuerza del dinero y su domicilio fiscal dice clarito que es en Palacio Nacional y abierto las 24 horas del día para estos reyes de la inversión dentro del poder.

Se quito la mascara el Mesías de rancho.

Se bajó la bragueta de su pantalón y sirvió de fuente divina para que de ahí bebieran los sedientos reyes magos.

Ninguno traía turbante y Andrés Manuel tampoco fue vestido con mameluco.

El casino se inauguró con cena formal y con dineros de sobra.

Llegaron para adorar al presidente y arroparlo con sus fortunas.

Esta vez financian un sorteo y mañana les serán entregados negocios de la cuarta transformación.

Son reyes magos de las finanzas, saben cuándo dar y cuando recibirán la tajada del pastel.

Cuarenta mil cachitos fue el costo del fondo de entrada y no fue retornable.

Su entrega es un gesto de buena voluntad para la nueva iglesia fundada en Tabasco hace varias décadas y que ahora aterrizó en forma del sorteo del avión.

Reyes Magos y niño Dios, salieron convencidos que el momento ha llegado y que las nuevas reglas son las mismas de antes, pero con envoltura diferente.

No hubo mirra y tampoco incienso.

Los magos portaban sus chequeras y la cantidad que les pongan se encuentra respaldada por los fondos de sus reinos.
Feliz Andrés Manuel de encontrar voluntades a modo.

Felices Reyes Magos por haber encontrado la llave de los nuevos negocios.

Ya nada separa al nuevo Dios de sus reyes magos.

Felices comerán los pasteles que el nuevo reino de la tierra les permite saborear.
Veinte millones no es nada y febril la mirada.

Hasta mañana.