Por J. Humberto Cossío R.
Nos cambió todo el COVID 19.
Año tras año, celebrábamos el día del periodista con un desayuno que nuestra asociación que preside Juan Manuel Partida organizaba para festejarlo.
Es un día muy especial. Se acostumbra a convivir con funcionarios de distintas dependencias de los diversos niveles de gobierno federal, estatal y municipal.
Ni pensarlo en este tiempo.
Me la pasé tranquilo en casa, recibiendo un que otro mensaje y algunos llamados a través del celular.
Les aclaro que no fueron muchos.
Me sobran dedos de mis manos para contarlos.
Los comprendo y no reprocho su olvido.
Nos trae locos el encierro y nubla nuestro entendimiento.
Con Juan Manuel Partida estoy en contacto permanente y es un valiosísimo colaborador en
FAX POLITICO.
Gracias a los que se tomaron la molestia y a los que no, también.
Extraño a mis compañeros habituales de café.
No es lo mismo “guaguarear” telefónicamente a tenerlos frente a frente y gozar de la sana compañía.
No hay bromas colectivas y tampoco podemos soltar la carcajada en grupo.
Se siente bien saber de nuestros amigos aunque sea por el celular, pero jamás tendrán esas platicas el colorido de la reunión.
Quizá nos sirva para reflexionar lo valioso que es la convivencia.
Los lazos afectuosos entre nosotros puede que se transformen y nos hagan más cercanos.
Algo bueno debe salir de nuestro encierro.
De eso no tengo la menor duda.
Me mantengo en contacto con el exterior por lo que escribo diariamente y recibo con frecuencia datos de los cuales no tenía archivo.
Los comparto cuando valen la pena y sonrío con la picaresca de algunos.
Estoy enfadado e inquieto.
Pero puede más el temor al contagio.
Quiero gozar plenamente con los amigos y por ahora disfruto a plenitud la compañía de mi esposa.
Tiempos traen tiempos.
De eso no hay duda. El tiempo que nos marca el famoso CORONAVIRUS no tiene nada de atractivo.
Esperamos recobrar la libertad sin temores.
¿Cuándo?
Quisiéramos pronto, pero esa palabra es lejana.
Hasta mañana.