Por J. Humberto Cossío R.
La posición del absurdo.
Conmigo o contra mi y de ahí no sacan al presidente de México.
No admite criterios distintos al suyo y nos quiere encajonar con sus ideas y encerrarnos en la dirección que guste y mande.
Pensar diferente lo quiere convertir en delito.
El mismo se escribe panfletos y los exhibe en sus mañaneras como un complot en contra de su gobierno para derrocarlo.
El gobierno del odio y de la intolerancia.
Andrés Manuel llegó a la presidencia enfermo del alma. Con el cerebro lleno de telarañas y nos quiere envolver a los mexicanos con sus absurdos.
Se niega a gobernar con el sentido común.
Cada palabra que pronuncia es una llamarada en contra de los que considera sus enemigos. La palabra conciliación no forma parte de su inventario cerebral y la suple con la denostación y repudio.
Pobre México, tan lejos de dios y en manos de Andrés Manuel y sus secuaces.
Treinta millones de votos lo hicieron presidente.
El tormento es para el resto de los mexicanos que no le dimos la confianza con nuestro voto y que ahora somos blanco de sus rencores.
México tiene problemas muy serios de salud, seguridad y desastrosa economía.
Nos tiene azorrillados el CORONAVIRUS que ya se llevó a la tumba a más de quince mil infectados y la cuesta sigue subiendo.
Los asesinatos no han parado y hasta la fecha sigue sin poner orden el gobierno de la supuesta transformación. Superaron todas las marcas que impusieron otros gobiernos en menos de dos años de Andrés Manuel.
No hay planes de desarrollo económico que tengan sustento en lo conocido en el mundo en que vivimos.
No admite consejos de los que conocen la manera de mover las finanzas que sacan del apuro a las sociedades en problemas.
Sus ideas son la verdad universal.
Será muy largo este sexenio.
Dentro de su gabinete hay elementos muy valiosos, pero no cuentan sus opiniones y prefieren guardar silencio.
Ellos también esperan un milagro.
O bien, que el tiempo transcurra a la velocidad de la luz, y se cumpla el término del mandato del que llegó a la presidencia cargado de amargura y con el entendimiento nublado.
Cuando Andrés Manuel asumió la presidencia de México nos anunció un combate total a la corrupción y la impunidad.
Nos alegró su anuncio y le deseamos un exitoso gobierno.
Rápidamente nos decepcionó.
Siguen los corruptos en su gabinete y los protege a capa y espada.
Se pelea verbalmente contra los ex -presidentes y no les finca responsabilidad alguna.
Los denosta en sus mañaneras y hasta ahí llega.
Le contestan que pruebe sus dichos y mete reversa.
Es gobierno de saliva envenenada y punto.
Presidente enfermo y sin aparente cura.
Hasta mañana.