Por J. Humberto Cossío R.
Los paleros del presidente se sientan adelante en las mañaneras y tienen preferencia en las intervenciones.
Se les dotan de los formularios de preguntas y de eso se encargan los jefes de prensa que la presidencia tiene a su disposición.
En el beisbol diríamos que son pelotas de turrón las que se lanzan al bateador de las conferencias.
De esa manera, Andrés Manuel alcanza el máximo lucimiento y aprovecha para soltar dardos envenenados en contra de sus supuestos adversarios y los medios de comunicación independientes de la cuarta transformación.
El día de ayer bateó de mil en contra de Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Doriga, a quienes considera como enemigos mortales y cómplices de los neoliberales y de la corrupción mexicana.
Nuestro presidente no gusta saborear de las que guisaba.
En sus tiempos, buscaba espacios para lanzarse en contra de los gobernantes. Ahora que es presidente de México nos muestra piel muy delgadita y le salen ampollas cuando lo rozan con el pétalo de una rosa.
Andrés Manuel tiene pavor a las elecciones del 2021, sabe que su popularidad ha disminuido y que la gente se ha dado cuenta de sus insanas intenciones.
Su partido MORENA nos presenta luchas internas que ya culminaron con la denuncia en contra de Yeickol Polanski, o como jodidos se llame. Se dice que hay 400 millones de pesos que no tienen la debida justificación y se sospecha fueron a parar a las alforjas de la que fungió como mandamás del partido.
Muchos contratos dados sin licitación tomando como pretexto la pandemia que nos azota y en manos de hijos de funcionarios, o de esposos de funcionarias que no declaran sus bienes y de pronto les brincan en denuncias de periodistas.
La cuarta transformación solo es cambio de mañosos y aquí podemos decir que los que bailaron en “lotra” se sientan en esta”.
Dicho popular que los pinta de cuerpo entero.
No nos asustamos, el dinero no es creación del reino de Dios.
Los que tienen oportunidad, le clavan la uña al erario y se convierten en poco tiempo en millonarios de a deveras.
La corrupción no tiene colores y tampoco banderas.
El dinero no tiene olor. Produce el confort del que logra acarrear a sus mochilas el suficiente para no tener apuros presentes o futuros.
No es privativo de los funcionarios del gobierno en los tres niveles.
Se da en las empresas privadas el saqueo.
En las Universidades con frecuencia hay señalamientos.
La corrupción convive con todos los estratos sociales y se da en la medida en que se desenvuelven los uña larga.
Los sindicatos son fuente de máximo nivel de nuevos ricos.
Los que llegan chingan y dejan el camino abierto a sus relevos.
Por eso son las luchas fratricidas.
Donde el diablo mete la cola ya no hay remedio.
La cuarta transformación tiene los mejores e infernales asesores en sus dominios.
Los escándalos afloran y borran el barniz dorado que sus miembros presentaron a sus electores.
En tiempo de elecciones se romperán las cañerías.
Los olores de la corrupción de la cuarta, llegarán al olfato de los ciudadanos que votan para elegir a sus representantes.
Es cosa de tiempo.
Hasta mañana.