Por J. Humberto Cossío R.
Salí a reportear a bordo de mi carro con la cámara de mi celular dispuesta a tomar fotos alrededor del mercado Garmendia en Culiacán.
Quería saber la cantidad de personas que se animan a salir de sus casas y caminar por las banquetas de la calle Rubí, desde la Rosales hasta el Boulevard Madero.
Eran las trece horas de ayer domingo y no había gran afluencia en este horario.
La gran mayoría traían sus cubre bocas y no que otro que caminaba como si le importara madre las consecuencias de una infección tan mortal como el COVID 19.
“MUY SANITIZADAS POR CIERTO LAS BANQUETAS”
Parecería increíble que en nuestros tiempos existan gentes con la ignorancia de no saber lo que es una pandemia, pero por desgracia, todavía existe un gran número de analfabetas que desconocen los peligros de las enfermedades.
Solamente al borde de la muerte, y quizá cuando ya sea tarde, se dejan conducir a una institución hospitalaria.
Los médicos hacen esfuerzos titánicos por sacarlos de su gravedad, pero solo en pocos casos logran el éxito ante lo avanzado del padecimiento.
Ese es el pueblo que tenemos y con el que tenemos que lidiar.
No queremos infectarnos y otros no saben lo que significa el contagio.
Nos acercamos vertiginosamente a los treinta mil fallecido. Quién sabe cuándo pararemos de contabilizar los cuerpos que son sepultados o cremados según las costumbres de las familias mexicanas.
Algo ha quedado suficientemente claro.
Andrés Manuel y sus funcionarios de salud son irresponsables e incompetentes.
De eso no hay duda.
A mi no me importa la calidad de funcionarios que tengamos, lo que duele y bastante, que estemos perdiendo tantos seres humanos en nuestro País debido al pésimo manejo en los inicios de la pandemia.
Hay un calculo que me parece aterrador de que podríamos llegar a 151,000 mexicanos fallecidos a causa de la pandemia.
La falla comenzó con los primeros vuelos que llegaron de Europa en plena pandemia por aquellas tierras.
Nadie los revisó medicamente y tampoco se les dio seguimiento al reintegrarse a sus hogares y su habitual modo de vida social.
Carta abierta para el contagio y así sucedió.
Los aeropuertos carecían de filtros sanitarios y el CORONAVIRUS llegó en clase turista y con visa abierta.
Se lo advirtieron al gobierno de México y les valió gorro a los de la cuarta transformación y las consecuencias las tenemos a la vista y esto va para largo.
No quería creer y sigo con mis grandes dudas sobre la baja de popularidad de Andrés Manuel.
Tampoco estoy convencido de que se le puedan ganar las elecciones del 2021.
Soy de los que votarán en contra de MORENA y sus secuaces que aparezcan en las boletas electorales.
Jamás me convencerán de sus bondades.
Andrés Manuel me parece un fraude gubernamental y lo diré las veces que considere necesario.
No creo en su honestidad y me parece un “guevón” incrustado en el gobierno para hacer grilla y dividirnos.
No sabemos cuantos muertos cerrarán la cuenta.
Pero crece aceleradamente el número.
Hasta mañana.