Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

Los pescadores de toda la nación se quejan agriamente de la falta de apoyos para el desarrollo de sus actividades, crecimiento de sus comunidades y la mejoría de vida propia y de sus familias.

Años y años con el mismo problema.
Los campos pesqueros se han transformado en pueblos y comunidades pesqueras y las cosas siguen igual.

Perdón, creo que hay un error de apreciación.
Dentro de los campos, pueblos o comunidades pesqueras hay empresas boyantes que jamás están en quiebra, y por el contrario, su desarrollo es más que evidente.

Oxxos por doquier y depósitos cerveceros a destajo.

Ninguno busca apoyos del sector oficial y se palpan a simple vista como lugares muy concurridos y sin problemas de financiamiento.

Estuve por algunos años dentro del sector pesquero en calidad de ayudante de mi hermano Carlos Ramón Cossío. Abogado muy brillante que representaba los intereses de la Nueva Pesquera de Topolobampo y siguió como responsable del jurídico cuando se convirtió en Productos Pesqueros.

Había mucho dinero y los pescadores se acostumbraron a recibir anticipos a cuenta de las capturas de camarón a futuro.
Siempre tuvieron dinero para gastar.
Sus francachelas en la zona de tolerancia de Los Mochis eran épicas y muy envidiadas por otros sectores productivos.

Al inicio de la zafra camaronera, sus deudas eran de gran magnitud y para evitar el pago vendían su producto a compradores conocidos como guateros, que pagaban en efectivo y daban participación de sus ganancias a las autoridades encargadas de la vigilancia en los campos pesqueros.

Abonaban siempre, y al término de la temporada, seguían obteniendo préstamos a cuenta de la siguiente zafra y se convirtió en el cuento de nunca acabar.

Las cosas no han cambiado sustancialmente. Ahora tienen patrocinadores particulares que les prestan a cuenta y los andan correteando en la zafra camaronera.

Hubo sustitución de financiamiento.
Hay un detalle muy importante en la captura del camarón.

Las Bahías no son elásticas y el crustáceo es el mismo de otras épocas, con la salvedad que ahora son muchos miles de pescadores que viven de aventar las atarrayas en esas gigantescas tinas.

Antes eran cientos de pescadores y ahora son miles.

El camarón no aumenta y a veces hasta disminuye.

La zafra real dura solo unos días y luego se escasea el producto y los pescadores buscan otras actividades.

Dese una vuelta y observará lanchones con doble motor de muchos caballos de fuerza y con comunicación satelital.

No creemos que sean utilizadas para la captura del camarón.

Pero ahí están y nadie abre la boca para preguntar en que son utilizadas.

Se sabe, pero se calla boca.

Las autoridades llevan su participación.
Pero hay que seguir pidiendo apoyos para taparle el ojo al macho.

La cuarta transformación los está patrocinando, metiéndoles donde les quepa la cuarta a secas.

Hasta mañana.