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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

 

Se acerca el dos de noviembre al que se le llama el día de los fieles difuntos. Nos hace recordar a los que ya se fueron y donde incluimos a la familia y a los grandes amigos que por muchos años tuvimos en el trabajo o la diversión.

No sabemos nada de la muerte.

Pero sabemos mucho de la vida y aunque tengamos recuerdos dolorosos del pasado y otros en el presente, nos arreglamos para sentir gozo de todo lo que nos rodea y del nuevo amanecer que nos toca vivir.

Levantarnos y correr al baño para soltar el chorro de orina produce placer, siempre y cuando no tengamos la próstata jodida.
Cepillarnos los dientes, lavarnos la cara y mojar el cabello para peinarnos, es una satisfacción que nos despabila y nos manda a la acción de las mañanas.

Despedirnos de nuestra compañera y prometerle volver más tarde, se vuelve una rutina feliz.

Tomar el primer sorbo del café es una delicia y reconforta.

Distinguir perfectamente quién es quién, es una parte muy importante del diario acontecer.

La lista de los buenos y los malos es indispensable.

Es tarea que elaboramos en el transcurso de los años y nos enseña a socializar con lo blanco y con lo espeso.

No se puede vivir con el machete en la mano, pero la experiencia nos enseña a no bajar la guardia y evitar la borrasca.
A todos los que se me han adelantado les tuve su lugar en mi librito.

Casi siempre los recuerdo y conforme se acerca el día de muertos, sus rostros y acciones pasan por mi memoria.

Me río de los chistes que me contaban.
De sus conquistas y amoríos fallidos.

De los que pedían prestado y se fueron sin pagar.

A los que se fueron y les quedé debiendo.
Recuerdo lo que tomaban y sus comidas favoritas.

Yo tengo vida y ellos ya no están.

Claro que me da tristeza y la lista de fugados es muy grande y ya no quiero apuntar en mis libretas.

Deceso, fallecimiento o defunción es lo mismo que muerte.

Aunque se dice, que a varios los matan con frecuencia y siguen caminando felices de la vida.

No hablo de zombies, por supuesto.

En fin, a la vuelta de la esquina tenemos la fecha del día de muertos.

Caerá en sábado y pelea el Canelo Álvarez.
Veladoras y whisquies se harán presentes.
Caben las dos cosas y no hay que olvidar qué:

“El muerto al pozo y el vivo al gozo”.

Siempre recordaremos a nuestros fieles difuntos.

Pero recordemos también, que tenemos la obligación de vivir y gozar intensamente lo que nos permite Dios.

Hasta mañana.