Por J. Humberto Cossío R.
Cuidado, Andrés Manuel, jamás pensé que en tan corto tiempo hubiera seguidores de sus promesas de campaña tan decepcionados.
Hay uno en especial, con el que de manera suave, debatí sobre sus preferencias y el me cuestionó siempre mis ideas priistas y el apoyo que daba a los gobiernos que Andrés Manuel llama conservadores.
Causa o razón de su desencanto, la inseguridad que parece explotar por todos los rumbos del País y que el presidente de México y su gabinete tratan por todos los medios de minimizar o echar la culpa a los gobiernos del pasado.
Se horrorizó por la masacre en contra de los mormones de apellido Le barón ocurrida en los límites de Sonora y Chihuahua.
En el Municipio de Bavispe, que es donde Nació Alfonso Durazo, existe una gran conmoción por la infame acción de la delincuencia organizada donde murieron mujeres y criaturas inocentes. Otros niños que se salvaron de la matanza quedarán con huellas psicológicas muy difíciles de borrar.
De eso está horrorizado mi amigo y yo también.
Ya basta de tolerar a la delincuencia es lo que me escribió recientemente y francamente me dejó sin habla el saber que ya no está conforme con Andrés Manuel y su gabinete.
¿Cuántos habrá como mi amigo?
Gente de bien que creyó ciegamente en un cambio profundo y que día con día reciben la desagradable sorpresa que todo es mentira en el gobierno de la supuesta cuarta transformación.
Si hubiera elecciones en México en estos momentos, no sabemos a ciencia cierta la baja en las preferencias ciudadanas por MORENA y Andrés Manuel.
Por eso decimos, cuidado presidente.
Las promesas crean grandes expectativas. Si no se cumplen, se vuelven ideas volátiles cargadas de desencanto y coraje.
No creemos que eso quiera Andrés Manuel López Obrador.
A menos que no esté sano de su cerebro y nos mande mensajes cargados de incoherencias por las mañanas.
Siempre dice lo mismo. Los hechos violentos se multiplican por todo el territorio nacional y las organizaciones de la delincuencia organizada cada día son más fuertes frente al Estado.
Arde México y no es con mensajes sublimes como apagaremos la lumbre.
El Ejercito y la Marina son capaces de combatir con energía y eficacia a los que nos aterrorizan.
Pero ellos obedecen ordenes y el comandante supremo sigue con las idioteces de mandar a las que parieron a los delincuentes para que les jalen las orejas.
Hablar de las abuelitas para combatir la delincuencia organizada es lo más ridículo que he escuchado a mis setenta y cuatro años.
Algo anda mal en Andrés Manuel.
Creo que alguien debe someterlo a exámenes clínicos y determinar su estado mental.
El Secretario de la Defensa y el Secretario de la Marina pueden ser los encargados y tienen grandes hospitales y brillantes médicos.
Hay decepción en los que votaron por
Andrés Manuel.
Hasta mañana.