Por J. Humberto Cossío R.
No quiero pensar que el Senador Mario Zamora se nos haya volteado a los que por el votamos y apoye las arbitrariedades del presidente Andrés Manuel.
Por su causa voté por José Antonio Meade. Me dolería saber que el voto que deposité en urnas para apoyar a Mario Zamora y que llegara al Senado de la República se convierta en un sufragio desperdiciado.
Mario quiere ser candidato al gobierno de Sinaloa y su partido es el PRI.
No podría darle mi apoyo, si se pone a las ordenes de un gobierno que pretende convertirse en la peor de las imposiciones que hayamos padecido.
Voté por Mario Zamora, por considerar que llevaría al Senado el sentir de muchos mexicanos que no estamos de acuerdo con dictaduras.
No te me salgas del Huacal Senador.
Me sentiría traicionado y dejaría de ser su amigo.
Usted sabe lo que lo aprecio y por eso hago mi reclamación.
No quiero Senadores que le hagan el trabajo sucio al presidente de México.
Después de la cochinada, donde protestó Rosario Piedra Ibarra, no lo he visto fijar su posición al respecto y me urge que lo haga.
Mi voto es muy firme y no se lo doy a cualquiera.
Usted llegó al Senado con los votos que le dimos sus seguidores.
No me haga arrepentirme de haberlo hecho.
A Mario Zamora lo conocí en uno de sus intentos fallidos por convertirse en presidente municipal de Ahome.
Me sentí muy confortable, escuchando durante una comida, las ambiciones de un joven muy decidido y honesto.
Siempre he conservado el vínculo de su amistad.
No es político de suavidades, y por el contrario, gusta de ir directo al grano.
Podría decir que es ríspido, pero me gusta que así sea. No puedo imaginarlo cambiando su actitud por la de un gatito angora, que quiere frotar su pelaje con otros políticos de mayor estatura para lograr que le den sus wiscas.
Creo que es el alimento para gatos y las crocretas son para los canes.
Los sinaloenses tenemos fama de broncos y peleadores.
Nadie nos llama faldilludos en las grandes ligas de la polaca.
Ahí es donde se mueve Mario Zamora.
Y no quiero que frote su pelaje en la piel de Andrés Manuel.
Recuerda Mario Zamora, no cambies partidarios sinceros por wiscas.
No vale la pena el presidente que tenemos los mexicanos.
Lo considero un infame que nos quiere enfrentar y causar la polarización entre los ciudadanos que pensamos diferente.
Lo de Rosario Piedra Ibarra es el más reciente ejemplo del apoderamiento de instituciones con autonomía, y que son fuente de los reclamos ciudadanos en contra del abuso de la autoridad que nos gobierna.
Le falta invadir al INE y este se resiste a ser avasallado por un presidente de México con las más negras intenciones a futuro inmediato.
Te exigo Senador, que hagas tu declaración sobre la cochinada que ungió a Rosario Piedra Ibarra como la responsable de la Comisión Nacional de derechos Humanos.
No admito tu silencio.
Hasta mañana.