Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

¿Qué si me gusta el beisbol?

Claro que me gusta y siempre me ha gustado.

¿Qué por que no voy al estadio de los tomateros?

No voy, por que los que asisten, en su inmensa mayoría van a beber y a divertirse y dejan por un lado lo que sucede en el terreno de juego.

Los entiendo perfectamente y es que yo también fui joven.

Pero practiqué el beisbol y con bastante categoría por un corto tiempo.

Me quedo en casa gozando de lo que hacen los jugadores.

El Ángel Flores es una inmensa cantina y con cocina de todo el planeta y chucherías que les gusta comer a la plebada.

Juventud solo hay una y espero que la disfruten a más no poder.

Por mi parte, me siento cansado para andar con esos trotes y me divierto desde la comodidad de mi cama King Size y mis almohadas sogñare. Por un lado, en mi buro, colocó mi vaso jaibolero con buena porción de guisqui, hielo en cubitos y agua mineral.

Cabrería cortada en trozos y tortillas de maíz y de harina.

Me encanta ver cuando un jugador se tira de cabeza y se levanta de inmediato y lanza un rayo a la primera base para que caiga el out.

Que un bateador le pegue con tanta fuerza, que la pelota caiga en el lugar más lejano del estadio con la casa llena.

Que un relevista despache la última entrada con tres ponches y solo nueve lanzamientos.
Que anote el equipo con el squice play, dejando con la bola en mano al cátcher o al pitcher del equipo contrario.

Que mis jugadores de los jardines realicen la atrapada de espaldas al jom estrellándose en la barda sin soltar la pelota.

Que el manager de mi equipo se pegue de pechazos contra el ampáyer de jom, discutiendo las jugadas que no le parecieron y que no pueden revisarse y que los expulsen por cabrones.

El jonrón es la máxima expresión del beisbol para mi persona.

Admiro los duelos de pitcheo, pero nada hay más sublime que ver viajar a doña blanca hasta las tribunas.

Hasta las babosadas de los cronistas las gozo desde mi casa y con la mirada fija en el televisor o cuando voy de viaje pegando la oreja en la radio.

Hay cronistas muy distinguidos y otros que rebuznar es su lenguaje.

A los dos los escucho y los admiro, a los primeros por lo que saben del beisbol y la buena dicción que ponen en sus trasmisiones, y a los segundos por su valor de enfrentarse a un micrófono y con la cámara fija en ellos.

El beisbol es mi pasión y no lo cambio por nada.

Pero hay otros deportes que gusto de seguir como son el golf, el tenis, el futbol, la natación y las carreras de velocidad y resistencia.

De los 100 mts, hasta los diez mil, me ponen en tención.

Los maratones no tanto.

El nado libre es mi favorito.

Los clavados en parejas me gustan bastante.
Pero nada como el beisbol y por eso no me paro en la cantina del Ángel Flores.

Hasta mañana.