Por J. Humberto Cossío R.
Uno de mis colegas me decía que antes de escribir sobre sus puerquitos políticos se preparaba un pico de gallo a base de manzana verde, piña esmeralda, con un chingo de limón, sal y salsa picante.
Terminado el platillo le daba una mordida a un chile serrano y entonces a prender la computadora y sálvese el que pueda.
Otro le daba una patada a una puerta de fierro y todavía con el dolor reflejado en su rostro se acordaba de los que quería mencionar.
En mi caso, prefiero acordarme de un flan de los que preparan en el restaurante el Mar& Sea de Culiacán y luego comienzo a teclear.
Es extraordinariamente delicioso y me impide que los cálculos biliares tomen la batuta en mis comentarios.
Por eso soy un dulce para relatar las hazañas políticas.
Chavita Mercado de Los Mochis diría que mi columna no asusta a un Comisario Ejidal de Sinaloa.
Pero soy terco y lo sigo haciendo.
Voy sobre el primero. Les diré que me llena de orgullo que San Juan Bautista se encuentre entre nosotros y que con el bautismo logre la pureza del alma de sus compañeros.
Andrés Manuel recibió la encomienda divina de purificar el alma de Manuel Barttlet y ante nuestros ojos y oídos, logró que el hombre que le arrebató la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano cuando era Secretario de Gobernación, ahora es un redimido al igual que la Magdalena de los tiempos del Nazareno.
Aquí entre nos, se dice, que si las votaciones fueran en este momento para presidente de México, nuestro señor Jesucristo no hubiera causado el Tsunami del 2018 que elevó a la magistratura a Andrés Manuel.
Se dice que el presidente de nuestro País le roba cámara con las mañaneras a Dios padre, Dios Hijo y Dios espíritu santo y ese no fue el convenio.
Nuestro padre bendito nos echó tierrita en los ojos para que no vieran los mexicanos la cochinada de hombre que tuvo 30 millones de sufragios.
Un milagro más se da en este gobierno, al conservar nuestro Dios a Porfirio Muñoz Ledo en su barrica de alcohol al más puro estilo Caltzontzin, y de esa manera se le permite estar como el líder de los Diputados de la federación.
Nuestro presidente gusta de quedar bien con los mafiosos y lanzarse contra los pequeños y grandes empresarios con su banda de terroristas fiscales.
Le encanta el numerito y puede que le resulte muy bien en el 2020.
Las matanzas de la delincuencia no existen, y si le señalan lo contrario, le echa la culpa a Felipe Calderón.
Si los hospitales cobran elevadas cuotas por las consulta e internamiento en las mañaneras se dice que no es verdad y punto.
Si alguien le contesta, se hace el sordito este cabrón que tenemos como presidente y se escabulle por los portillos del cerco.
Es el primer año y sigue nuestro mandatario con muy alto grado de aceptación.
Sus repartos monetarios con miras electorales le dan excelentes resultados al que compite en poder con nuestro Dios.
Nos quiere convertir en politeístas y ponerse en el primer lugar y después que se mencionen a Dios padre, Dios hijo y Dios espíritu santo.
Me acordé del Flan del Mar&Sea y por eso escribí muy acaramelado y de mucha sabrosura.
Hasta mañana.