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FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

El fanatismo que muestran algunos seguidores del presidente Andrés Manuel los tiene obnubilados. No admiten otras ideas que no sean a las que ellos rinden pleitesía y en esas condiciones el poder de razonamiento es escaso y de pésima calidad.

Mal haríamos, los que no estamos de acuerdo con las manera de gobernar de Andrés Manuel, si no expresáramos nuestros puntos de vista y razonáramos con el arma de la lógica para llegar a nuestra verdad.

No dejo de hacerlo y jamás contesto a los insultos de las redes.

Los dejo que se batan en su propio excremento y de esa manera se embarran y me río de ellos y sin proferir una sola palabra en su contra.

Sucede con mucha frecuencia y casi siempre son los mismos.

No tengo idea si en verdad existen, o solo son fantasmas que aprovechan la oscuridad de los correos para desahogar sus frustraciones adquiridas, quizá en el seno de una familia carente de moralidad que se trasmitió en la formación de los hoy adultos que sienten infinito placer en lanzar improperios en contra del que se les pega en gana.

Me dan pena.

Quisiera que fueran ciudadanos razonables y escribieran sus tesis bien fundamentadas y serían una posible guía para entender lo que a nuestro parecer no es correcto.
En algún momento de mi vida admiré al hoy presidente de México.

Luego cayó de mi gracia, al darme cuenta de que no representa nada diferente a lo que he conocido de la política y de los políticos.

Llega al poder y nos muestra una ignorancia supina en la manera de administrar y gobernar un País con casi 130 millones de habitantes.

Y no da un solo paso para atrás y se cree el dueño absoluto de la verdad.

Si ciudadanos interesados en que México no pierda el paso en el crecimiento económico y su categoría en el ámbito internacional y lo plantean al presidente, de inmediato son tachados como conservadores, adversarios y fifís.

La famosa respuesta de Andrés Manuel, de que el tiene otros datos, se desgastó en menos de un año y las criticas certeras por sus errores le hacen mella con mucha facilidad y se siente ofendido y dañado.

Pide treguas de sus opositores y se comporta como un falsario.

Le extienden la mano y la muerde o escupe a los pocos días y eso saca de balance a los que ingenuamente piensan que quiere rectificar y se le acercan.

Invertir en refinerías es lo más estúpido que se puede hacer en estos tiempos, donde la ciencia avanza de manera vertiginosa en la búsqueda de energía limpia que no contamine el medio ambiente.

Pero sigue terco el presidente y nadie lo baja del macho.

Hay algo que me llamó la atención y vino del mismo Andrés Manuel. Habló acerca de que si en estos momentos se retirara, se iría muy satisfecho con sus logros en beneficio de las clases más desprotegidas al dejar sus derechos en calidad de rango constitucional.

Me sonó extraño y pudiera ser que ya escucha pazos en la azotea.

Quiere aparecer en las boletas electorales el año que viene y con ello buscar respaldar a su partido y fortificar las líneas de la cámara de Diputados federal.

Quiere que los ciudadanos le digan que se quede o que abandone el cargo.

Pero ese refrendo ya tiene fecha y es cosa plasmada en la constitución. En la Cámara de Senadores no tiene la mayoría absoluta y los partidos rechazan su idea de volver a modificar nuestra carta magna.

Espero que no se rajen los Senadores de oposición.

Hasta mañana.