Por J. Humberto Cossío R.
No hay beisbol, no hay futbol, no hay box y hay encierro.
Matar el tiempo es nuestra prioridad y lo estamos haciendo bien.
Salimos para lo más indispensable.
Cubrebocas y guantes al salir de casa.
Lavamos las verduras y carnes que adquirimos y sobre todo nos lavamos las manos con todo y guantes y al quitarlos, volvemos a la limpieza con agua y jabón.
El gel no falta en el hogar.
Los periódicos y correspondencia son rociados con desinfectante.
No hay visitas de amigos o vecinos.
Los buenos días son dados a través del celular.
No queremos infectarlos y tampoco que nos infecten.
Somos católicos, apostólicos y romanos y tenemos imágenes de Dios nuestro señor por toda la casa.
Confiamos en su protección y recibimos sus instrucciones a través del mejor neumólogo que tenemos en Sinaloa.
Héctor Ponce Ramos es nuestro médico de cabecera y muy conocedor de este tipo de pandemias.
Nos sentimos protegidos.
Extraño las platicas de café y el contacto directo con nuestros familiares y amigos.
No hay peluqueros. Mi mujer es la encargada del corte de mi cabello y de los perritos también.
Por todos los medios trata de que le fije un sueldo por ese tipo de servicios.
Me defiendo muy bien con mi sordera.
Estamos en la etapa de aprendizaje de la tolerancia.
Nos une en la lucha el CORONAVIRUS y es excelente cordón.
Siempre hay una primera vez para todo.
Nunca imaginé el encierro voluntario y sin claustrofobia.
La televisión ha jugado un papel muy importante en nuestro ocultamiento.
Ni los anuncios me pierdo.
Duermo bastante y sigo levantándome muy temprano.
No hice compras de pánico en cervecerías.
De cuando en cuando pido comida a mis restaurantes favoritos.
Telefonazos hago y recibo de mis amigos y así me entero de su bienestar.
Me llegan muchos memes y casi todos de excelente calidad y humor.
Tenemos un presidente muy limpio.
Se lava las manos con mucha frecuencia y sobre todo cuando se trata del número de homicidios que se cometen en su gobierno y la pésima manera de enfrentar la crisis económica.
A mí no me echen la culpa.
Yo no voté por Andrés Manuel y me lavo las manos por las babosadas que se cometan en sus seis años de gobierno.
Me encanta escribir y eso salva el tiempo de mi ausencia callejera.
Hasta mañana.