Por j. Humberto Cosío R.
El zócalo de la ciudad de México parecía estar desierto la noche del quince.
Pero no.
Ahí estuvieron los más de setenta y un mil muertos por el COVID 19.
Se hicieron presentes los casi sesenta mil asesinados en los años del 2019 y lo que llevamos del 2020.
Oronda se paseaba la amenaza de la hambruna, por la caída de nuestra economía, y el alza exagerada de los precios de los artículos que llenan el estómago de adultos y niños de México.
Los jinetes del apocalipsis cabalgaron silenciosamente sobre la losa de cemento.
Montado en su caballo blanco se paseaba la peste.
El hambre en su caballo negro.
La guerra en el rojo.
La muerte en su precioso caballo Bayo.
La peste, el hambre y la muerte son actores principales en nuestro País.
La guerra solo vino de espectador.
Ellos no corearon el grito de independencia.
Tampoco los fallecidos por el coronavirus.
Se negaron a hacerlo los asesinados del 2019 y 2020.
El presidente lució inconforme.
No le trajo chiste gritar sin el acompañamiento de sus cien mil chairos.
La campana sonaba hueca.
La alegría brillaba por su ausencia.
Los espíritus de Hidalgo, Morelos, Josefa Ortiz de Domínguez, Allende y otros que son invocados, flotaban en el ambiente del zócalo con el rostro aburrido.
Fue un grito fantasmal de la independencia de México.
Me imaginé la plaza plagada de veladoras y cruces del cementerio.
Siento tristeza y coraje por tantos muertos por el Covid 19.
Me horrorizan los sesenta mil asesinatos en este gobierno.
Me llena de pánico la hambruna que se avecina en los hogares del 80% de los mexicanos y que no podrán resolver los malnacidos de la cuarta transformación.
Tenemos a la vista circo.
Faltará el pan y eso es terrible.
Llegaron la peste, el hambre y la muerte.
Que Dios no permita que se presente la guerra.
Quisiera que nos dejaran en paz los cuatro jinetes del apocalipsis.
Que se marchen y jamás vuelvan.
Pero llegaron y al parecer acamparán por largo tiempo.
Pobre México, tan lejos de dios y en manos de Andrés Manuel.
Es el quinto jinete y representa la desgracia.
Cabalga en mula por austeridad.
Los mexicanos a pie.
Nos alcanzarán con suma facilidad los apocalípticos.
La peste, el Hambre, la muerte y Andrés Manuel nos tienen en sus manos y sin poder defendernos.
Hasta mañana.