Por J. Humberto Cossío R.
Platicar con mucho cuidado cosas que lo puedan llevar a ser vistos con desconfianza por su o sus interlocutores.
Una de ellas:
He visto objetos voladores en forma de cilindros o platillos.
Se me aparecen personas y luego se desvanecen en la oscuridad.
Tuve en mis manos el billete con el primer premio de la lotería nacional y compré el otro número.
Con mucha frecuencia estoy escupiendo sangre y la tos no me deja en paz.
Me siento como de quince años y braman las viejas cuando las meto a la cama.
Las dos primeras confidencias, provocarán en la imaginación de los escuchas, que tu cerebro reventó las neuronas y que necesitas servicio de alta especialización.
Lo de la lotería es tema muy trillado y no logras la atención de nadie y pierdes la estima de la gente que te responde con un ¡ah! o un que bárbaro y tratan de callarte a como dé lugar.
Los escupitajos con sangre ponen en alerta a los que toman café en tu compañía.
Si tienes cincuenta o sesenta años y presumes de ser un toro, es casi seguro que las sonrisas maliciosas te seguirán por todas partes.
Con el tema del número premiado provocas carcajadas silenciosas y que te llamen embustero cuando abandonas la mesa.
Los que a todas van es una especie muy recurrente en los grupos de café.
Se hacen presentes en todos los lugares donde llegan los Gobernadores, presidentes municipales, Senadores, Diputados federales, legisladores locales, Magistrados, Secretarios de Estado y cualquier otro funcionario de regular categoría.
Quieren salir en la foto.
Pero ya los conocen y no logran nada.
Hay que reconocerles que no se rinden y aguantan las burlas.
Los sabiondos son otra clase que destaca por conocer de todo y dictan largas conferencias y nos quieren ver como Dios a los conejos (peluditos y orejones).
Son los (IODEX) que desbaratan las bolas.
Los que presumen de la amistad con el Gobernador, se ofrecen como gestores de cualquier negocio y buscan un adelanto para gastos.
Son muy labiosos y convencen con sus historias.
Desaparecen después de joder unos cuantos.
Llegan otros con el tiempo y se repite la estafa.
Los más peligrosos, trabajan a nivel nacional y convencen a la ciudadanía para que voten por ellos.
Regalan dinero ajeno.
Se apoderan de todas las instituciones de gobierno.
Y su objetivo es lograr el poder absoluto y autoritario.
Algunos lo logran, como es el caso de Corea del Norte y Rusia.
O bien los gobernantes de Cuba y Venezuela.
Y vamos volando por esos cielos en nuestro querido México.
Pero no hay que platicar de ello por que nos tildan de corruptos y amargados.
Cuidado con lo que decimos.
Hasta mañana.