Por J. Humberto Cossío R.
No quiere Andrés Manuel López Obrador que un hombre sin tacha ocupe la dirigencia nacional del PRI.
Tiene miedo de que un hombre de la talla de José Ramón Narro Robles sea el nuevo presidente del partido revolucionario institucional.
Inmediatamente, el presidente de México puso en marcha una campaña de difamación en contra del que fuera dos veces rector de
la UNAM y Secretario de Salud con Enrique Peña Nieto.
Lo señala cuando menos de omisión en los presuntos saqueos en salud.
Como siempre, solo hace señalamientos y no fundamenta sus dichos.
Andrés Manuel es un político que maneja la perversidad a la perfección.
Aparece en los escenarios donde gobiernan sus opositores y arma un circo, para que en cuanto aparezca la primera autoridad de la entidad, se escuchen silbidos y gritos en contra del gobernante.
Luego toma el micrófono y como si fuera una deidad, les pide a los asistentes el respeto para los gobernadores, pero ya el daño se encuentra hecho y no hay manera de remediarlo.
El Dr. José Ramón Narro tiene la obligación de salir a la palestra y defender su honor en contra de la maldad de Andrés Manuel.
Quiere ser el dirigente nacional del PRI. Su estandarte de hombre probo no puede ser manchado por el veneno de un perverso como el tabasqueño que nos gobierna a los mexicanos.
Es momento que alguien le pare los tacos al peje lagarto.
No es posible que nos calle con sus amenazas y descalificaciones.
Si alguien tiene que pagar culpas con cárcel, que sea el Fiscal de la nación el que se encargue de los asuntos y no sea un bocón como el presidente de México.
El PRI se encuentra boqueando y nadie piensa que exista un remedio para sacarlo de su agonía.
Pero hay quienes le quieren meter ganas y tienen que ir con los blasones sin lodo y con el habla completa.
El Dr. Narro es hombre de academia y su conducta es muy cotizada.
Nada tiene que hacer un inculto y perverso como el presidente de México frente a la categoría de este hombre.
No tengo esperanzas que mi partido pueda levantarse.
La puñalada que le dio la ciudadanía es certera y de muerte.
El PRI no tiene militancia.
Sus miembros son los que tienen intereses muy marcados y nada tienen que ver con el pueblo mexicano.
Hay una sentencia popular muy conocida.
Cuando el pueblo vota, pierde el partido de gobierno.
Narro quiere recuperar credibilidad para el PRI.
Consideramos esa tarea como misión imposible.
Pero el Dr. Narro es hombre muy valioso y de buena fe.
Quiere la oportunidad y pienso darle mi voto en caso de celebrarse la elección por consulta abierta.
No es justo que un perverso embarre a una personalidad como la del mejor académico que tenemos dentro del PRI.
Hasta mañana.