Por J. Humberto Cossío R.
Me levanté a las cinco de la mañana del día de ayer, tal y como lo hago desde hace muchos años y el clima era agradable y hasta un poquito caluroso.
En el Palomar de los pobres llegué faltando diez minutos para las ocho y el aire acondicionado lo habían encendido.
Esa fue una señal que dentro del local se sentía caliente y los clientes solicitaron que funcionaran los aires.
A mi hogar retorné en punto del medio día y dormí hasta las dos de la tarde.
Me levanté para escribir mi comentario a las catorce treinta y me encontré con un viento frio y las nubes de color plomizo tirando a un negro suave.
Raro el clima, aunque TRUMP desmienta a los científicos por el cambio climático.
Faltan ocho días para que la primavera nos llegue y la despedida del invierno pretende dejar huella entre nosotros.
Recordemos que los cambios de temperatura nos afectan a todos.
Sobre a todo a los niños y los que somos bebés de la tercera y cuarta edad.
Los peores enemigos de los viejos son los cambios bruscos.
El sistema de protección interna del organismo, de continuo se atasca y los bronquios y pulmones empiezan a mostrar el deterioro de los tiempos idos.
Una tos seca y la dolencia del pecho, nos pueden conducir a la clínica más cercana y si las cosas se agravan y se transforma en neumonía los rezos caseros se comienzan a escuchar.
Mis amigos ya fallecidos, iniciaron su descenso a la madre tierra con padecimientos bronquiales.
Fueron llevados a emergencias hospitalarias y su destino posterior fue una sala de velación de la San Martín o la Moret.
Somos carros de mucho uso. Abusamos de nuestro organismo y jamás le damos servicio a la caja donde alojamos lo mejor de la maquinaria.
Por eso los vientos cruzados son poderosos enemigos.
Un leve resfriado, lo convertimos en bronquitis.
Y hasta los recuerdos amorosos estropean la chira que tenemos por corazón y nos empujan a pedir que nos toquen las golondrinas o seis pies abajo.
Aguas con este clima.
Enero y febrero el desviejadero.
Marzo no se quiere quedar atrás, y a la salida del invierno, quiere llevarse de acompañantes a los que reciben de Andrés Manuel los apoyos por la edad.
No lo tomen a broma y de nuevo saquen sus yompas.
Descuelguen las bufandas y anúdelas en el pescuezo.
Si encuentran a alguien tosiendo, sáquenle la vuelta.
No agarren virus que no les correspondan y busquen jarabe castoria y el wanpole que contiene el aceite de hígado de bacalao.
En la noche, frótese el pecho con vick vaporub y cierre las ventanas para que no se formen corrientes de aire.
Busquen calcetines gruesos y duerman con ellos.
Tápese muy bien y procure tener a la mano agua caliente para beber.
No sea necio y evite el formol de las agencias funerarias.
Hasta mañana.