Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

La Guardia Nacional es una fuerza armada que contendrá elementos de los tres niveles de gobierno, el Ejército y la Marina.

Se supone que combatirán el delito y nos devolverán la paz que hemos perdido desde hace muchas décadas.

Andrés Manuel ha dicho que no quiere represores.

El uso de la fuerza y de las armas, en muchas ocasiones se tendrá que dar y es ahí donde las Comisiones de Derechos Humanos de los Estados y del País estarán atentos para pegar de gritos.

Hemos visto a militares del ejército y la marina ser vejados por grupos de pobladores que protegen a los delincuentes y se convierten en coparticipes en la comisión de múltiples delitos y no pasa nada.

Los reciben a pedradas y en ocasiones con disparos de arma de fuego y tampoco sucede nada.

Los insultan, los corren y les impiden que cumplan con su deber y se retiran con la cabeza agachada rumiando su coraje y la vergüenza.

La televisión a nivel nacional nos muestra las imágenes. Sentimos pena ajena por los soldados y marinos. ¿En serio piensa AndrésManuel, que con su verborrea cambiará la actitud de los delincuentes y sus encubridores?

Los miembros del ejército y la marina son hombres y mujeres de honor.

No es posible que reciban agresiones físicas y verbales y se queden con los brazos cruzados.

Para lograr la paz, hay que mostrar categoría, y no es poniendo ambas mejillas para que se las hagan jiras como impondrán su autoridad.

Soy del criterio que tendrán que escupir balas los fusiles de la Guardia Nacional.

Primero al viento, y luego al cuerpo, si no se obedecen sus órdenes.

A menos que el gobierno quiera mandarlos en falditas, blusas y zapatillas de tacón alto para que a besos y abrazos logren el amor de la delincuencia organizada.

Una pedrada en la frente puede matar soldados y marinos.

Puede dejar muertos o lisiados entre las diversas policías que formen la Guardia Nacional.

Los soldados y marinos eran muy respetados y temidos.

No cualquier cabrón les hacia frente o los toreaba.

Si hubo muchos excesos, pero se respiraba paz ciudadana.

Ahora andamos con el Jesús en la boca, rogando a Dios padre, Dios hijo y Dios espíritu santo para que nada nos suceda.

Yo si quiero una Guardia Nacional que imponga su autoridad.

No los quiero blandengues y sin la voz completa.

No quiero tampoco verlos agredidos por los huachicoleros de los pueblos y sus aliados donde se practican operativos.

Si los agreden, que las armas truenen.

Si los escupen, que las culatas caigan sobre el hocico de los agresores y los detengan como ejemplo para la comunidad.

Queremos tranquilidad en toda la geografía nacional.

A como dé lugar.

Hasta mañana.