Por J. Humberto Cossío R.
En el Mar&Sea fue la convivencia con mi compadre Juan S. Millán.
Javier Cabrera, Christopher Cossío y un servidor nos deleitamos con la conversación del hombre nacido en el Rosario.
Los platillos son para gourmets. Aun así, no perdíamos un solo segundo para escuchar a quién se considera como uno de los más brillantes políticos del Estado de Sinaloa y un referente del obrerismo mexicano.
Don Fidel Velázquez lo tuvo en gran estima.
Desde el primer momento supo que Juan S. Millán escalaría hasta las grandes alturas.
Lo cobijó con su manto y jamás se sintió decepcionado.
Juan S. Millán ama a la Universidad de Sinaloa.
El lema de la universidad es su lema.
“SURSUM VERSUS”.
Hacia la cúspide es el significado.
Es lo que trata de inculcarnos nuestra máxima casa de estudios.
Y muy pocos lo logran.
Javier Cabrera llevaba un libro en sus manos y lo puso en manos de mi compadre.
CONVERSANDO CON LAURO y su autor es Conrado Lafarga Guerrero.
Dicen que pone pintos a tirios y troyanos.
Los recuerdos de un político, sobre otros a los que trató, mediáticamente causan un impacto entre los amantes de las tenebras del pasado.
Trataremos de leer el libro de Lafarga.
Recordé en ese momento, y puse sobre la mesa el comentario, que un periodista me propuso que hiciéramos un libro sobre los gobernadores a los que traté y serví dentro de mi paso por el gobierno de Sinaloa.
Mi respuesta fue tajante:
“De ninguna manera, amigo mío”
De lo que uno se entera, es cosa que debe quedar guardada para siempre.
La discreción y la lealtad son los valores que deben estar por delante.
Juan S. Millán es un apasionado del basquetbol.
Lo practicó por muchos años. Siendo Gobernador se organizaban careadas para recordar los buenos tiempos con sus compañeros de equipos.
Mencionó al Peri Meza y al Chango Atondo como los más brillantes del deporte de las canastas en el Sinaloa de aquellos tiempos.
La siguiente comida con mi compadre será totalmente casera.
Buscaré el momento adecuado para hacerle la invitación.
Juan S. Millán es de agenda muy nutrida.
Pero creo que lograré un espacio para invitarlo.
Muy a gusto estar compartiendo la mesa con mi hijo Christopher, con Javier Cabrera y con mi compadre Millán.
Espero que sean muchas veces.
Se pasan las horas sin sentirlas.
Hasta mañana.