Por J. Humberto Cossío R.
Como decirle a la gente, que un gobierno que reparte el dinero que se encuentra a su alcance sin medir las consecuencias a futuro sea un mal gobierno.
Los ciudadanos, que ahora reciben aportaciones en sus cuentas, por obra y gracia de un deseo irreflexivo de Andrés Manuel, se sienten felices y muy agradecidos con el gobierno de MORENA.
La estructura gubernamental recibe los impuestos que los ciudadanos generan a través de sus actividades y de las empresas que diseñan y ponen en funcionamiento cuando las condiciones les son favorables y promisorias.
El gobierno no es empresa y nada produce para guardar en arcas.
Los programas sociales se diseñan de acuerdo a lo que el Estado recibe en dinero y que le permite beneficiar a regiones del País que sufren las peores condiciones de vida. Pero Andrés Manuel y su estructura gubernamental no generan riqueza, y solamente deben de administran de manera responsable lo que los ciudadanos pagan por sus actividades productivas.
Regalar por regalar lo que se recauda, es una manera que acerca a los gobiernos a sufrir las grandes crisis económicas y que finalmente repercuten en todos los ámbitos de las estructuras sociales.
La sabiduría de un presidente es fundamental para que los países se desarrollen de manera eficiente, y con grandes expectativas de convertirse en lugares donde el crecimiento se manifiesta de manera evidente.
Los gobiernos deben de marchar de la mano de los empresarios y solucionar diferencias de manera inteligente y sin causar resabios.
Cuando hay generación de riqueza se puede ser un poco suelto y repartir entre los ciudadanos pobres.
Cuando la economía se desploma o sufre de parálisis, es muy peligroso jugar con las reservas oficiales.
Andrés Manuel gusta de presumir que apoya a los mexicanos. Comete el error de no diferenciar entre el ciudadano que lo necesita o los vivales que no requieren ayuda y se aprovechan del error del presidente.
Venezuela tenía riqueza a manos llenas por su petróleo.
Pero llegó Hugo Chávez y de manera irresponsable dilapidó lo que sostenía al gobierno y ahora sufren las consecuencias.
Maduro es un seguidor ciego de su comandante Hugo Chávez y mantiene el caos financiero de Venezuela y la pobreza es manifiesta.
Dos gobernantes populistas, que sacrificaron los buenos gobiernos que los antecedieron, y se dedicaron a mostrar generosidad sin limites con los ciudadanos y sin promover las fuentes de riqueza que eran los empresarios.
Venezuela se quedó sumida en la bancarrota y la gente sufre por alimentos y medicinas y no tienen la manera de volver al tiempo del auge financiero.
Andrés Manuel gusta de ofrecer y ofrecer sin límites de ninguna especie.
Se encapricha y su mente se nubla y avienta mandarriazos en contra de los que quieren quitarle la venda de los ojos y los califica como retrógrados y traidores a la patria.
Nos lleva derecho al caos financiero y la gente que recibe los billetes no entiende las consecuencias a futuro de la irresponsable manera de gobernar.
Sucederá por desgracia.
Hasta mañana.