Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

No cabe duda, de que, los eventos fastuosos son atractivos para los gobernantes vengan de donde vengan y aunque se cubran con diversas tonalidades del color.

Andrés Manuel es humano como cualquiera de nosotros, y gusta de aparecer en las grandes luminarias y cabeceando todos los medios de comunicación que existen en nuestro País y si se puede en el extranjero.

Festejó su triunfo del primero de julio del 2018 y le concedo la razón de hacerlo.
Tuvo noventa o cien mil almas que lo acompañaron en su celebración y de diferentes calibres y grados de importancia.

Estuvieron los grandes empresarios.

Varios gobernadores que fueron invitados y asistieron por gusto o sin gusto, pero ahí se hicieron presentes para abrazar al líder de nuestra nación.

Tener un mundo de gente en nuestro derredor, debe ser algo maravilloso y que eleva nuestro espíritu a lo más alto que pueda llevarnos el ego.

Las televisoras de corte nacional jalaron a chaleco y saben lo que les espera en caso de negarse.

Lo mismo sucede con los medios electrónicos y escritos.

Jalan, porque jalan, y no hay de otra.
El gobierno es supremo y la sopa que sirve es la que se traga sin hacer gestos.

No hay partidos diferentes y tampoco gobernantes que muestren algo distinto.

Andrés Manuel gozó de las mieles de la adoración ciudadana.

Piensa que todos fueron por su voluntad absoluta.

Los partidos tienen estructuras que convocan y acarrean a destajo.

Llegaron de varios Estados y todos llevaron la consigna de lanzar vivas y porras para el líder de la izquierda mexicana en el poder.

Cualquiera lo haría y nuestro presidente mañanero no fue la excepción.

Todo salió bien y no hubo desfiguros.
Camisetas de Andrés Manuel con sus dichos.

“Me canso, ganso, una de las más favorecidas.

“Somos chairos, también aparecieron profusamente”

La fiesta se llevó a cabo en paz y de lo más alegre.

No hubo contras que ensuciaran el mantel.
Andrés Manuel y su equipo se sintieron cobijados por los treinta millones de mexicanos que por ellos votaron en el 2018.

Eso representaban los cien mil reunidos en el zócalo.

Fue una mezcla de festejo del triunfo, miniinforme de gobierno y arengas en contra de los corruptos que no conjuguen el verbo amar en su compañía.

La miel chorreaba del cuerpo del presidente cuando se dirigía a su amado pueblo que lo acompañaba.

Ya mostró el presidente, que también sabe ser priista cuando así lo requieran las celebraciones.

Nada de austeridad.

Se gastó parte del dinero que tiene a su disposición y todo salió perfecto.

La izquierda descansó ese día.

El evento masivo, es copia fiel al de los gobiernos del PRI.

Felicidades.

Hasta mañana.