Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por j. Humberto Cossío R.

Cuando las autoridades mexicanas brincan de gusto por que ya ven venir la aprobación del acuerdo de comercio entre México, Canadá y Los Estados Unidos, me viene la preocupación de por que las gentes de Donald Trump se metieron en la cuestión de salarios en nuestro País.

Recuerdo que uno de los objetivos fundamentales de Trump es obligar a las empresas estadounidenses a que regresen a su territorio.

¿Por qué no lo hacen?

Creemos que es cosa sencilla deducirlo si analizamos que las empresas maquiladoras ganan mucho dinero gracias a la mano de obra barata que tenemos, y que somos vecinos y eso es un atractivo inmenso para el inversionista gringo.

Ahora bien, si los salarios aumentan al grado tal, que para los empresarios norte americanos ya no haya bolsas de ganancias que justifiquen el monto de sus inversiones, entonces tendrán que voltear los ojos para otras partes del mundo, y quizá decidan regresar a su País y lidiar con los sueldos de sus compatriotas.

Verdaderamente es un problema el firmar un tratado y saber que en sus clausulas se encuentra lo que puede derrumbar la belleza de lo que teníamos. Nuestro gobierno ha lucido muy entreguista con Donald Trump.

De aquí para allá, solo nos falta bajarnos los pantalones y que algún representante demócrata o republicano nos entierre lo que su bragueta esconde.

Puede que a Marcelo Ebrard le guste bajarse sus shortcitosy coquetearles a los güeros, pero no vemos al émulo de Benito Juárez y Francisco I. Madero con los pantalones y calzones caídos en el suelo para que lo ejecuten.

Andrés Manuel no es de esos, .

La conversación entre México y Estados unidos se ha convertido en monologo y en acatar lo que cada día modificaban, Andrés Manuel no tiene el carácter de un estadista que pueda dialogar con sus iguales.

Las platicas, fueron monólogos en realidad.
Recibían ordenes y jamás dijeron que no.
Pararon a los inmigrantes que venían desde remotos lugares del mundo y cerraron la frontera sur con la guardia nacional.

Esa fue una de las condiciones, y luego surgían otras y el presidente de México y su Secretario de Relaciones exteriores agachaban la cabeza ante el poderío del mandato de los funcionarios de allende las fronteras.

Así es Andrés Manuel, hombre sin estatura internacional y se ha convertido en predicador de rancho.

Nuestro presidente tiene sus objetivos muy marcados.

Quiere reelegirse o dejar por muchos sexenios el imperio de Morena, o si truena con ellos, lo que el únicamente decida y mande.

No quiere broncas con Trump.

Nosotros tampoco queremos que nos asfixie la fuerza Yankee.

Nos acabarían a la hora que les diera la gana y los mexicanos ni las manos meteríamos para pararlos.

La negociación del tratado de comercio se hizo al desnudo y clavaron a nuestro canciller y parece que le gusta que lo hagan.

Pero Andrés Manuel parece machito y ese no tenía porqué andar negociando agachado y sin calzones,

Hasta mañana.