Por J. Humberto Cossío R.
Andrés Manuel ya se pegó la primera acalambrada.
El estadio Alfredo Harp Helú, que será la nueva casa de los Diablos Rojos del México, fue el escenario donde los aficionados se dieron vuelo chiflándole tonaditas al presidente de México que al escribir la letra son madrazos.
Nadie esperaba la reacción de los aficionados que se dio en el parque de beisbol.
El Harp Helú se convirtió en un tonel de ácido y al sumergirse Andrés Manuel no pasó la prueba.
Se encabronó la primera autoridad de nuestro País.
La rechifla y los gritos lo hirieron profundamente. Se suponía que era un estadio de sus queridos chairos, que lo aclamarían sin reservas ante testigos como los jugadores de los Padres de San Diego y la Jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el dueño del parque beisbolero.
Despotricó contra los aficionados que se divirtieron mentándole la madre con silbidos y gritándole a todo pulmón que se fuera.
Un dictador espera sumisión absoluta de sus súbditos.
Andrés Manuel es un dictador en ciernes y su autoritarismo ya invade toda la geografía de México.
Ya le encontraron el modo y es precisamente con tonaditas de chiflidos como lo hicieron derramar la bilis.
Le fallaron las huestes de chairos que maneja por toda la República en sus actos de permanente campaña.
Quedaron mal Harp Helú y la Jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.
Nunca debieron escucharse manifestaciones en contra de nuestro pequeño dictador de los tiempos modernos.
Creo que donde se presente, exigirá a las autoridades le garanticen las vivas y los aplausos que tanto le gustan y lo elevan.
Acaba de estar en Tabasco y lo trataron muy bien los ciudadanos llevados por el Gobernador, pero se les colaron trabajadores de PEMEX, que dicen haber sido despedidos injustamente y sin los pagos correspondientes y eso fue un prietito en el arroz para su señoría Andrés Manuel López Obrador.
A todos los Gobernadores les apretarán las tuercas para que nada desagradable se de en contra del Dios mexicano y pobre de aquél que no cumpla con los requerimientos.
En todos sus actos habrá miles de chairos que le darán la cálida bienvenida.
No querrán desaguisados como el del estadio de los Diablos rojos del México.
Y a la vista tenemos en Sinaloa un evento de esta naturaleza.
El mismo Alfredo Harp Helú es el responsable del retorno de Guasave a la liga Mexicana del Pacífico.
Se supone que Andrés Manuel lanzará la primera bola cuando se cante el play bol. Que los aficionados se convocarán para que le den al presidente de México una ovación que borre el reciente agravio a la investidura presidencial.
Quirino Ordaz Coppel deberá ser muy cuidadoso.
Su carácter de gobernante de Sinaloa lo obliga a recepcionar en el estadio a la primera autoridad del País.
Tiene que ser de manera muy calurosa y con aplausos que rebasen las fronteras.
Si viene Andrés Manuel a lanzar la primera bola, es lo que tendrá que suceder en el Carranza Limón.
Hasta mañana.