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Por J. Humberto Cossío R.

La muerte de la mamá de Abraham Velázquez Iribe en fecha muy reciente me trajo a la mente el fallecimiento de mi madre un viernes santo, que cayó en 17 de abril del año de 1992.

Tardíamente le di mi pésame a Abraham.

Leí con mucha atención en el debate de Culiacán, el sentimiento tan profundo de amistad de Juan S. Millán para ese muchacho al que siempre ha considerado como su hijo.

Don Juan Millán dice mi entrañable amigo. Yo pienso que es más profundo y virtuoso el sentimiento.

Juan Millán es hombre de inmensas bondades y de gran respeto.

Me siento honrado con la amistad y afecto que me profesa.

Es mi querido y respetado compadre.

Ayer escribí de la obra carretera de Quirino Ordaz Coppel y me vinieron a la mente los programas carreteros que el Gobernador Juan S. Millán implementó por todo Sinaloa.

Llegó con las carreteras hasta la orilla del agua en los campos pesqueros.

Comunicó a la sierra con la costa.

Y en el sur, existe una carretera que es la única que podríamos llamar verdadera costera.

Es muy bella y corre junto al mar.

Creo que es del Walamo al Rosario y es una de las cosas más hermosas que conozco de Sinaloa.

La ordenó Juan S. Millán y la construyó Abraham Velázquez.

Una de las obras de mucho orgullo para Abraham Velázquez fue el puente del nuevo Altata.

La súper carretera de Navolato al puerto de Altata es otra de las grandes carreteras que gozamos los sinaloenses y la construyó Juan S. Millán.

Abraham y un servidor la recorrimos varias veces y siempre terminamos comiendo en los restaurantes de Altata.

Me encanta la obra carretera y soy fanático de las comunicaciones.

Cuando me bajo de mi carro en un campo pesquero, lo primero que me viene a la mente es Don Juan S. Millán.

Quirino Ordaz Coppel es otro de los que pasarán a la historia de Sinaloa como un gran constructor.

La carretera de Culiacán a Sanalona fue construida por Renato Vega Alvarado y la carretera Los Mochis Ahome fue otra de sus aportaciones.

Transitar por las mejores vías de comunicación de nuestro Estado es uno de mis grandes placeres.

Nunca me olvido de lo que construyó Abraham.

Jamás dejo de lado lo que visualizó Juan S. Millán para desarrollar a Sinaloa.

Son de las cosas que perduran y ofrecen testimonio de la calidad de los gobernantes.

Juan S. Millán es el último de los grandes de Sinaloa.

Quirino Ordaz Coppel ha diseñado un plan para trascender y lo logrará.

Juan S. Millán y Abraham Velázquez.

La dupla de la construcción en Sinaloa que jamás olvidaré.

Las llantas de mi carro ruedan sobre lo que construyeron.

Ahora es Quirino Ordaz Coppel el que gobierna y nos entrega obras.

Hasta Mañana.