Por J. Humberto Cossío R.
Me sentía un poco indispuesto, con el ánimo a la baja, y decidí recostarme para tratar de superar el mal momento.
Encendí el televisor para escuchar las noticias de Joaquín López Doriga y me percaté que estaba a punto de iniciar un partido de futbol de la Champion Ligue entre el Barcelona y el Liverpool.
Sabía que en el partido de ida el Barca le metió tres goles al Liverpool y nadie daba un cacahuate para que este último pasara a la gran final.
No cambié canal, y de pronto, escuché un gran alboroto por el primer gol del partido en favor del equipo ingles y en los primeros minutos.
Seguí tratando de dormir, pero algo me impulsó a seguir atento y continué escuchando.
Nunca pude cerrar los ojos y decidí seguir el partido en su totalidad, pero siempre pensando que el Barcelona sería el finalista de la Champion.
Me equivoqué de lado a lado.
El Liverpool les metió cuatro goles a los españoles y los dejaron fuera de la competencia.
¿Qué significado le doy?
Por supuesto que el más importante para el ser humano.
Jamás rendirse ante la adversidad.
Enfrentarla con todo y dispuestos a vencerla.
El agobio es una flagelación que nos imponen, o peor aún, que nosotros mismos instalamos en nuestro cerebro y nos quiebra el espíritu.
Salté de la cama y puse el pie derecho en el piso y corrí a la segunda planta para encender la computadora y escribir lo que me diera la gana.
Los primeros 22 renglones no fueron problema.
Sentía que ya la había ganado y aumenté la velocidad de los dos dedos que utilizo para aporrear la maquina donde grabo lo que pienso, y también lo que debo de hacer para describir lo bueno y lo malo que nos aqueja socialmente.
Paré en seco de pronto.
Y surgió otra pregunta:
¿Que tienen los ingleses que los hace diferentes?
Con rabia sorda, tuve que reconocer, que ellos tienen a la Reina Isabel y nosotros a un terco e ignorante Andrés Manuel como presidente.
Esa es la gran diferencia y casi me pongo a llorar.
De nuevo la auto compasión, a duras penas y entre sollozos pude terminar lo que inicié con el ánimo desbordado.
Un estadio completo cantando sus himnos de apoyo al Liverpool.
No se rinden los ingleses y superan sus desgracias.
No tengo idea si pueda digerir que tengo como presidente a un terrorista social.
Divide y vencerás es su lema.
Fomenta el odio entre los mexicanos y parece que me estoy rindiendo ante el inevitable dictador y su mentirosa cuarta
transformación
Admiro al Liverpool y envidió su espíritu de triunfadores.
Hasta mañana y de nuevo agobiado por los chairos.