Por J. Humberto Cossío R.
No puedo concebir al Estado mexicano manteniendo a los guevones que no quieren trabajar y que reciban premio por ello.
Justifico plenamente lo que se le de a los hombres y mujeres viejos y se le aplaude al gobierno que pretenda aumentar al doble su pensión.
Pero hay viejos que cobran en dependencias de gobierno de los tres niveles y el dinero que perciben les alcanza para vivir de manera decorosa.
Conozco uno que otro bribón que hasta festeja por lo que recibe aparte de su sueldo por estar inscrito en setenta y más.
A estos de alguna manera se los paso.
Pero a los zánganos que llaman NINIS se les pagará para tener seguros su voto.
Insisto en mi reclamo, que el aeropuerto de Texcoco fue suspendido por la decisión de Andrés Manuel, que encubrió su voluntad absolutista, mediante una consulta a ignorantes de la materia que le siguieron el rollo y dijeron no.
La suspensión, dicen los expertos, es un absurdo.
Si hay quienes se hincharon sus bolsas por la construcción, que se les investigue y los metan a la cárcel y sean obligados a devolver el dinero.
Si hay delitos que perseguir, que lo hagan y se dejen de tonterías.
O no es verdad y es el costo real de la obra y no hay a quienes culpar de robar a la nación.
Andrés Manuel tiene el garrote en la mano.
Las dos cámaras son de Morena.
Diputados y Senadores de oposición, solo figuran en nómina.
Cualquier criterio disidente a la voluntad de MORENA es aplastado y jamás perderán una careada.
Estamos en el umbral de una dictadura y esto si es real.
Al PRI gobierno se le llamaba la dictadura perfecta, pero estos que llegaron, tienen en sus manos a sesenta millones de mexicanos que no votamos por ellos y sin poder frenarlos en sus decisiones absolutistas.
Para lograr sus fines, Andrés Manuel tiene como plan, el mantener a los que no trabajan, pero que si tienen credencial de elector y con ello sostener su hegemonía electoral y tener al resto de los ciudadanos pensantes agarrados del pescuezo.
Es un plan perverso, pero efectivo.
Nos quedaría en teoría que los militares le impidieran esa dictadura de gobierno, pero Andrés Manuel ya está cubriendo ese flanco y colmará a los de uniforme de prestaciones que los mantengan fieles a su causa.
Ejercito maiceado, es ejercito calmado.
Me decía hace algunos ayeres un militar retirado, que mientras al ejercito se le concedan toda clase de prerrogativas, quién esté al frente del gobierno seguirá siendo el comandante en jefe y sin nada de qué preocuparse.
Parece que es la táctica de Andrés Manuel y le va a funcionar.
Ejercito calmado y guevones cobrando sin trabajar, pero con credencial de elector, le darán la tranquilidad que necesita.
Hasta puede modificar la constitución y reelegirse.
Y sin problemas, por cierto.
Hasta mañana.