Punto y Coma Noticias

FAX DEL FAX

Por J. Humberto Cossío R.

No hay duda, de que, en los tiempos de terror, hay quienes resultan altamente beneficiados y sus cuentas bancarias crecen de manera exponencial.

Alimentos y medicinas es mi tema.
Mi mujer me pide que la lleve a los súper mercados y se asombra de los aumentos de los precios a las mercancías que habitualmente consumimos.

Durante los meses de mayo y junio los precios aumentaron de manera asombrosa y nuestro mandado ha sufrido un incremento sustancialmente doloroso que nos afecta a los que estamos pensionados y no tenemos entradas diferentes.

Me señala mi esposa de manera constante los aumentos y que en conjunto nos aumentaron el gasto quincenal en un treinta o treinta y cinco por ciento.

Arroz, frijol, carnes, enlatados, refrescos, verduras, yogur, salchichas, jamón, especias y cualquier articulo que nos ofrezcan en venta.
Solo se puede acudir a las ofertas semanales y aún así se nota el incremento a los precios de los artículos a consumir.

Yo soy poco observador, pero mi mujer es águila en comparaciones.

Sin embargo, hubo un artículo en especial que me impactó de manera impresionante.

Un paquete de salchichas, que me compraba para darme un gusto, a pesar del alto precio, costaba hace días setenta y dos pesos.

El día de ayer apareció etiquetado con el nuevo precio y se elevó a $102,00 pesos.

Creí que era un error y le pregunté a la dependiente.

Es correcto el precio fue su respuesta y agregó que subió una barbaridad y que la gente se estaba quejando del nuevo costo.

No la adquirí.

Se me hizo un pecado llevar a casa un articulo que lastima mi economía de pensionado.

¿Quién regula los precios del mercado?La autoridad mexicana jamás ha servido para gran cosa.

La gente votó por la cuarta transformación y resulta que las lesiones a los salarios son una barbaridad en estos tiempos y los funcionarios de Andrés Manuel se hacen de la vista gorda.

Para dejarnos expuestos a los voraces comerciantes se necesita el acuerdo de empresarios y gobierno.

La corrupción sigue vigente en nuestros tiempos.
La cuarta transformación es puro jarabe de pico. Los comerciantes gozan de total impunidad y hacen y deshacen con el salario de la clase media y baja.

Para robar tiene que haber ladrones y víctimas.
Para no caer en la cárcel los ladrones, necesariamente tiene que haber acuerdos con funcionarios que les permiten fijar los costos de las mercancías a su mero arbitrio.

Andrés Manuel y su esposa no asisten a comprar mandado.

Ellos jamás se enterarán cuanto costaba en mayo tal o cual producto y el aumento abusivo en el mes siguiente.

Los gobernantes viven en su mundo de ensueño.
Cuando abren sus fauces es para devorar a las clases marginadas.

Los que pensaron que Andrés Manuel cambiaría las cosas en nuestro sufrido México tuvieron razón.

Las cosas cambiaron, en nuestro perjuicio.
Los que van a los súper mercados se dan cuenta del asqueroso cambio permitido por el tabasqueño que vive en Palacio Nacional.

La cuarta transformación y la carabina de Ambrosio son la misma cosa.

Salarios hechos pedazos en los comercios y nadie hace absolutamente nada.

Hasta mañana.